Jared Kushner, asesor y yerno del presidente Donald Trump, terminó su visita a México de doce horas. En punto de las 5 de la tarde, arribó al Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, para tomar un vuelo comercial de vuelta a Washington. La visita se dio por iniciativa del presidente Trump y se planteó en una llamada telefónica entre Kushner y el jefe del Ejecutivo mexicano, celebrada la semana pasada. La comitiva de Kushner llegó minutos antes de las 13:30 horas a la residencia oficial de Los Pinos, para mantener una audiencia privada con el presidente Peña Nieto, acompañado de funcionarios del Departamento de Estado de de Seguridad Nacional, que en inicio estaba prevista por una hora, pero se extendió más de lo previsto por casi tres. Tras su salida, a las 16:00 horas no había detalles de lo que trataron. La comitiva que acompañó a Kushner estuvo integrada por la nueva subsecretaria de Estado para American Latina, Kimberly Breier, quien reemplazó al subsecretario adjunto Francisco Palmieri, quien ejerció como interino desde la llegada de Trump al poder, así como por dos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional, que preside H.R. McMaster, así como un equipo del Servicio Secreto. Se esperaba que el esposo de Ivanka Trump partiera en un vuelo de Delta Airlines, pasadas las 17 horas, sin embargo ante la extensión del almuerzo que le ofreció el presidente Peña regresará vía Aeroméxico en el vuelo DL8030/ AM 622, con destino al Aeropuerto Internacional Dulles, de la capital estadounidense. Ante visitó el Salón Oficial de la terminal aérea. A Los Pinos, llegaron escoltados por los agentes del Servicio Secreto y elementos de la Policía Federal. Kushner viajaba en una Suburban negra, escoltada por otra camioneta similar y acompañadas de un motopatrullero. Cuatro unidades, más se quedaron en la entrada de la casa presidencial. En la cita participaron, además del presidente Peña Nieto, el canciller Luis Videgaray y los secretarios de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos; de Marina, almirante Vidal Soberón y de Salud, José Narro Robles. La primera parada oficial de Kushner fue en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), donde tuvo una reunión de trabajo con el canciller que se extendió por casi tres horas. Dejó la Cancillería un cuarto de hora antes de la una de la tarde. Una llegada sin aspavientos A las 5:25 de la mañana de este miércoles, Jared Kushner, llegó a la Ciudad de México. El yerno del presidente Donald Trump arribó a la capital a bordo de un vuelo comercial de American Airlines y sin protocolo. Ningún funcionario mexicano fue a recibirlo, tampoco de la embajada de Estados Unidos. Dejó el vuelo por la sala E3 y sin maletas caminó por el Aeropuerto Internacional, el cual abandonó por la puerta número tres para luego abordar una camioneta de su embajada. Kushner había llegado a México. Aunque viene como emisario de Trump, su rango dentro de la Casa Blanca no le autoriza para abordar un vuelo del gobierno y no se dio la orden de que fuera recibido en el hangar presidencial ni en ninguna otra instalación del gobierno mexicano. La visita se da a unos días de que el poder del esposo de la influyente Ivanka, la hija consentida de Trump, se viera severamente limitado en la Casa Blanca, luego de que se le recortara el acceso a información confidencial y privilegios de acceso directo a la Oficina Oval, bajo el mando del jefe de Gabinete, John F. Kelly, y que se le retirara notablemente de la vista del público. Llegó “en carácter de enviado” presidencial, en la primera visita desde que el magnate llegó al poder hace poco más de un año, y que se produce días después de que, según The Washington Post, se cancelaran los planes de una visita de Enrique Peña Nieto a Washington. Con 37 años de edad, Kushner es considerado uno de los asesores presidenciales más influyentes, aunque su poder se haya visto reducido ante las inquietudes de que algunos gobiernos extranjeros, entre ellos México, quieran influir en él aprovechando su escasa experiencia.
La agenda del yerno del presidente Trump estuvo reservada sin que la Cancillería o la Embajada de Estados Unidos en México precisaran sobre las reuniones, horarios e itinerario a seguir. Ambos encuentros fueron privados y no hubo mensaje a la prensa.
Desde la víspera, la Cancillería señaló que en la audiencia con Peña Nieto se revisarían temas de la agenda bilateral, sin precisar si el tema del alza de aranceles a las importaciones de acero y aluminio, que estarían por entrar en vigor se tocaría. DA/EC