Pese a que el gobierno insiste en que hay abasto y de llamar no comprar el kilo de huevo si está por arriba de 50 pesos, el propio seguimiento de los precios de la Secretaría de Economía revela que se vende hasta en 58 pesos el kilo.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM), que depende de la Secretaría de Economía, el alimento se comercializa hasta en 58 pesos en la central de abastos de Mérida, Yucatán.
Asimismo, en Hermosillo se ha encontrado que se vende entre los 51 y 55 pesos. En la central de abastos de Iztapalapa, en la Ciudad de México, tiene precios de los 48 a los 51 pesos, por lo que en las tiendas de barrio se comercializa en los 50 y hasta en los 55 pesos.
Consumidores en redes sociales están llamando a no consumir huevo por una semana con la finalidad de que intermediarios y productores no puedan continuar aumentando el precio. El kilo de huevo ha pasado de entre 36 y 40 pesos a 45 y 58 pesos en el menudeo en sólo tres semanas, lo que representa un aumento promedio de 43 %; ello es un factor que deteriora el ingreso de las familias, que están enfrentando la peor cuesta de enero de los últimos 22 años.
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Según declaraciones de Ricardo Sheffield, el kilo de huevo deberá bajar a “entre los 36 y 42 pesos” en las próximas tres semanas, y ha pedido a los consumidores que no compren por arriba de los 50 pesos, no pagar más de lo debido.
Según las autoridades mexicanas, el abasto está garantizado y no debería de subir el precio que ha sido afectado o aprovechado por los intermediarios y productores en medio de una crisis de gripe aviar en Estados Unidos que ha costado la muerte o sacrificio de 55 millones de aves ponedoras en ese país.
Este fenómeno ha reducido la oferta de huevo, pero en México se han tomado las medidas necesarias para combatir la enfermedad que sólo ha afectado al 3.1% de los animales con desenlace fatal y ello no pone en riesgo la disponibilidad.
En México, el consumo de huevo por persona se calcula en 23 kilos por año, lo que es una demanda de 2.9 millones de toneladas en 2022, cuando la producción del país fue de 3.18 millones, lo que significa que hay una oferta suficiente para cubrir el faltante que existe por la muerte de aves ponedoras por la influenza aviar.
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