Con la visita de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se puso presión sobre México en materia de migración, T-MEC y seguridad, principalmente en el tema de personas desaparecidas, a través de millonarios compromisos que buscan resolver estas problemáticas.
La agenda de Harris y el presidente Andrés Manuel López Obrador arrancó con la firma —como testigos de honor— de un memorándum de entendimiento para la cooperación internacional que tiene como objetivo intercambiar información en materia migratoria.
El documento se signó entre la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), un organismo que ha sido severamente criticado por el mandatario mexicano por financiar organizaciones como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.
Tras su reunión privada, el gobierno estadounidense anunció que entre los acuerdos bilaterales se encuentra la emisión de un préstamo para respaldar hipotecas y viviendas en el sur de México, así como el objetivo de “crear nuevas inversiones y ventas por un valor de 250 millones de dólares mediante el fortalecimiento de las cadenas de valor rurales como el cacao, el café y el ecoturismo” en esa misma región.
Por su parte el gobierno mexicano enfatizó que durante el diálogo también se realizaron propuestas de proyectos de infraestructura en el Istmo de Tehuantepec.
Desde la llegada del presidente Joe Biden al poder, la cartera migratoria ha sido complicada, pues bajo su mandato las cifras de detenciones en la frontera sur han sido de entre 100 mil hasta 178 mil mensuales, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Harris señaló en conferencia de prensa que el tema de la migración no es un asunto que se resuelva con dos días de viaje y aseguró que se debe seguir trabajando en las causas de origen, indicó que próximamente hará un viaje a la frontera como parte de sus actividades al encabezar esa agenda.
130 mdd para legislación laboral
La delegación de Estados Unidos comunicó un aumento en su contribución económica para apoyar la implementación de la reforma laboral en México”, apuntó el gobierno del presidente López Obrador sin precisar el monto.
Sin embargo, de acuerdo con la Casa Blanca, ese incremento es de 130 millones de dólares no solo para la implementación, sino también para “financiar programas que apoyarán a los trabajadores, mejorarán las condiciones laborales y abordarán el trabajo infantil y forzado”.
La legislación laboral mexicana es un tema de especial interés para el gobierno estadounidense sobre todo porque toca directamente al T-MEC, ya que como socios comerciales el desacato a las normas establecidas en ese tratado podría tener implicaciones perjudiciales en las cadenas de valor de América del Norte.
EU se centra en crisis de desaparecidos
“Estados Unidos y México trabajarán para expandir la capacidad forense y las colaboraciones para ayudar a resolver los más de 82 mil casos de personas desaparecidas”, apuntó la Casa Blanca y agregó que sus agencias de seguridad continuarán capacitando a los técnicos de laboratorio y a la policía para mejorar sus habilidades en el análisis forense.
Además, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) capacitará a expertos en genética en un nuevo sistema para rastrear la información forense y mejorar la respuesta ante la crisis de personas desaparecidas.
En el eje de seguridad, Estados Unidos destacó la cooperación de las autoridades de los dos países “para intercambiar información y tomar las acciones apropiadas” contra el tráfico de drogas, armas y la trata de personas.
“Hablamos específicamente del fentanilo y la seguridad en los puertos”, dijo en su mensaje a la prensa la vicepresidenta Harris. El trasiego de fentanilo a Estados Unidos es un tema de especial preocupación para la administración del demócrata Biden ya que se ha disparado desde 2016 y comienza a ganar terreno a otras sustancias como la cocaína.
Tras dos encuentros privados con mujeres emprendedoras y con líderes laborales, entre los que estuvo Arturo Alcalde Justiniani, padre de la actual secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, la vicepresidenta Harris partió pasadas las siete de la tarde del Sofitel Mexico City Reforma con rumbo al aeropuerto para volver a Estados Unidos.