En su primer viaje a la frontera con México como vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris reconoció que la migración es un asunto que no ha sido resuelto y agregó “en cinco meses hemos avanzado, pero aún queda trabajo por hacer”.
Durante su visita a El Paso, Texas, y acompañada del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; el senador demócrata de Illinois, Dick Durbin, y la congresista demócrata local, Veronica Escobar, la vicepresidenta Harris se reunió con cinco niñas, de entre nueve y 16 años, que habían sido detenidas en un centro de procesamiento de Aduanas y Protección Fronteriza.
La detención de menores acompañados y no acompañados ha sido uno de los puntos más delicados para la administración del presidente Joe Biden debido a los elevados flujos y también porque desde el partido republicano se ha acusado en diversas ocasiones que las condiciones no son óptimas, sino de hacinamiento.
Cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) señalan que en febrero de este año, ya con Biden en el poder, fueron detenidas 101 mil personas en la frontera; en marzo 173 mil 337; en abril 178 mil 854 y en mayo el número se elevó hasta 180 mil 034. Los datos apuntan a que las detenciones en la frontera se perfilan para ser las más altas de los últimos 20 años.
En ese sentido, la vocera de Harris dijo que se instruyó a Xavier Becerra, secretario de Salud y Servicios Humanos de aquel país, investigar las condiciones para los niños migrantes en la base militar de Fort Bliss en El Paso, luego de que una investigación de The Washington Post reportó las insalubres condiciones del lugar, así como las afectaciones emocionales de los menores.
“Heredamos una situación difícil (…) Las historias que escuché hoy refuerzan la naturaleza de esas causas fundamentales”, dijo Harris luego de reunirse también con un grupo de líderes religiosos de la localidad y bajo la misma sintonía de sus reuniones en el Triángulo Norte y México, donde con funcionarios y miembros de la sociedad civil anunció una serie de estímulos para contener el flujo migratorio.
Entre sus actividades, la vicepresidenta Harris recorrió una instalación de procesamiento central administrada por CBP donde los agentes fronterizos le mostraron una nueva tecnología empleada para procesar rápidamente a los migrantes y reducir el trabajo para evitar que las personas tengan estancias muy largas en el lugar.
La visita de Harris se dio luego de intensas críticas por no apersonarse cuando la crisis fronteriza comenzó a crecer como lo revelaron los datos de CBP. Será el miércoles cuando el expresidente Donald Trump visite junto con legisladores republicanos la frontera con México.
“Biden y Harris han entregado el control de nuestra frontera a los traficantes de drogas, criminales y coyotes (traficantes de personas)”, sentenció Trump previo a su visita.
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