Cuando Donald Trump la nombró jueza hace tres años, Aileen Mercedes Cannon difícilmente podía imaginarse que presidiría su juicio.
Pero este viernes la jueza fijó para el 20 de mayo de 2024 la fecha del comienzo del juicio penal sin precedentes de un expresidente en Fort Pierce, Florida.
Trump está acusado de 37 cargos por haberse quedado deliberadamente con documentos estadounidenses altamente confidenciales en su casa de Mar-a-Lago, Florida; por obstrucción a la justicia y por mentir a los funcionarios federales encargados de hacer cumplir la ley.
Algunos de los cargos conllevan hasta 20 años de cárcel, y Cannon decidirá la sentencia si un jurado lo declara culpable.
La presión es enorme, porque el juicio comenzará mientras se libra una batalla para las presidenciales de noviembre de 2024, con Trump liderando la carrera por la nominación republicana.
Queda por ver cómo gestionará Cannon el caso contra del hombre que le dio el trabajo.
Crece polémica por cercanía con Trump
En 2020, con 38 años, Cannon era relativamente joven cuando Trump la nominó para un cargo vitalicio.
La jueza nació en Cali, Colombia, y se crió en Florida porque su madre emigró a Estados Unidos desde Cuba cuando era niña.
Cannon se licenció en derecho por la prestigiosa Universidad de Michigan.
Es miembro de la Federalist Society, que agrupa a abogados, jueces y expertos en derecho conservadores. Trabajó durante tres años en un bufete privado de Washington y durante siete años como ayudante del fiscal antes de convertirse en jueza.
Pese a la polémica por su designación para el juicio, ésta fue aleatoria, al ser seleccionada a ciegas entre varios jueces federales en actividad del Departamento de Justicia del distrito sur de Florida.
Algunos expertos jurídicos consideran que ella debería haberse recusado, porque supuestamente mostró parcialidad hacia Trump el año pasado cuando se le asignó una demanda presentada por él sobre la redada del FBI para recoger los documentos de Mar-a-Lago.
Thomas Holbrook, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, estima que Cannon se halla en una “posición difícil”. “Casi no importa lo que haga, alimentará la preocupación existente sobre su potencial parcialidad o decepcionará a los partidarios de Trump”.
Conviene señalar que en caso de que el juicio siga su curso y Trump llegase a ganar las elecciones de noviembre de 2024, podría tomar medidas para intervenir o incluso indultarse a sí mismo tras ser investido para su segundo periodo en la Casa Blanca.
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