Tras su divorcio con Bibiana, Jorge se quedó con la custodia de Ana, su hija de 13 años y quien estaba seguro que en la audiencia a celebrarse el pasado 8 de junio ratificaría que preferiría vivir con su papá; pero eso no pasó, pues por orden de Jorge Rodríguez Murillo, juez Quinto de lo Familiar, elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) se la llevaron el 31 de mayo en Acapulco.
Esa noche de finales de mayo, Jorge y su hija habían salido a cenar cuando una docena de agentes de la AIC a bordo de una camioneta blanca les cerró el paso y a punta de pistola comenzaron a gritarles que bajaran del vehículo.
“Nos gritaban que traían un mandato judicial de presentación de la menor (...) Que venían de parte del juez cinco de Oralidad de la Ciudad de México y que se iban a llevar a Ana”, comentó Jorge a la periodista Lourdes Mendoza.
Después de horas de forcejeos e intimidaciones, el presunto personal de la AIC que jamás se identificó –según las declaraciones de Jorge Martínez– sacó unas barretas metálicas y comenzó a golpear los cristales de la camioneta donde aún se encontraban Ana y su papá.
Pasaba ya de medianoche y el ruido atrajo la atención de los vecinos del condominio Torreblanca, en Puerto Marqués, que salieron a grabar los hechos, en donde se ve a la camioneta de Jorge y Ana rodeada por presuntos elementos de la AIC exigiendo que bajen del vehículo.
“Bájate”, grita en repetidas ocasiones un presunto agente a bordo de una camioneta mientras apunta a la camioneta de Jorge y Ana.
PUEDES LEER: Zuckerberg y Musk, ¿pelearán en jaula? Esto sabemos
Luego de más de seis horas de tensión y tras romper los vidrios de la camioneta y disparar contra ellos; los presuntos agentes de la AIC lograron bajar a Jorge Martínez y entre gritos de ayuda, se llevaron a Ana a la Ciudad de México.
“Estabamos en shorts y camiseta (...) yo les pedí que nos dejaran entrar por ropa y yo los acompañaba, pero se negaron; y con su blusa rota y ensangrentada, se llevaron por tierra durante cinco horas a Ana, a la Ciudad de México, indicó Jorge Martínez.
El padre de la joven señaló que a su llegada a la capital del país se enteró que el juez Jorge Rodríguez Murillo, en una audiencia a las 6:15 de la madrugada –apenas había llegado Ana–, sin revisarla medicamente, decidió entregarla a su madre Bibiana Solórzano.
Jorge afirma que tras su divorcio, cuando luchaban por la custodia de Ana, Bibiana se le fue a los golpes a la psicóloga del DIF; dos años más tarde, la madre promovió un amparo para quitarle la guardia y custodia, bajo el argumento de violencia procesal.
Hoy Jorge recuerda que cuando esperaban la audiencia del 8 de junio -que jamás llegó-, el juez del Juzgado 12 le dijo que no se preocupara: “¿qué crees que se van a llevar a Ana en un paquete amarrada”...
A 22 días desde que lo separaron de su hija recalca que no sabe dónde está, si está bien de salud y emocionalmente; y si los presuntos agentes de la AIC no le hicieron algo en el traslado a la Ciudad de México.
SIGUE LEYENDO
Para que combata cárteles, piden a Biden sancionar a México