En un hecho histórico, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) escuchará a seis jóvenes que demandaron a 32 países del continente por no hacer lo suficiente para detener el calentamiento global.
Cláudia Agostinho (24 años), Martim Agostinho (20), Mariana Agostinho (11), Sofia Oliveira (18), André Oliveira (15) y Catarina Mota (23) son habitantes de Portugal que en su denuncia, señalaron presentar diversos síntomas asociados a la emergencia ambiental. Desde problemas respiratorios por la contaminación ocasionada por los incendios forestales hasta ansiedad por un panorama con cada vez menos recursos naturales, los demandantes no piden dinero, sino acciones concretas y efectivas de sus gobernantes.
“Los gobiernos europeos no nos protegen”, acusó André.
Su demanda también señala que la inacción de los gobiernos vulnera su derecho a la vida y su derecho al respeto a la vida privada y familiar, establecidos por los artículos 2 y 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Otras violaciones a sus derechos son al derecho a no sufrir tortura ni otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes y el derecho a no sufrir discriminación por motivos de edad.
Es la primera denuncia sobre cambio climático ante esta corte, así como la primera hecha por jóvenes.
En la demanda están incluidos los 27 miembros de la Unión Europea junto a Noruega, Rusia, Suiza, el Reino Unido y Turquía.
Al respecto, Siofra O’Leary, presidenta de la Gran Sala del tribunal, admitió que “el caso concierne el impacto del cambio climático que los demandantes consideran imputable a los Estados, especialmente el calentamiento global traducido en olas de calor e incendios forestales que afectan a sus vidas y su salud”.
El TEDH catalogó el caso como “cuestión prioritaria” y lo encomendó a la Gran Sala, la de mayor jerarquía dentro del tribunal, integrada por 17 jueces.
Es probable que pasen varios meses antes de que el tribunal decida si puede admitir la denuncia, que podría sentar un precedente toda vez que de lograr la victoria, otras demandas a favor del clima podrían tener lugar tanto en Europa como en otros continentes, además de que facilitaría el empoderamiento de los jóvenes ante las causas que creen justas.
Pero, de no
lograrlo, las desventajas serían igual de impactantes, ya que se desestimarían otras denuncias hechas por jóvenes y activistas a favor del medio ambiente.
Indignación juvenil. Los demandantes son de origen portugués; la más joven de ellos tiene 11 años.
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