Los jóvenes de entre 18 y 29 años conforman el grupo de la población menos protegido por la política de desarrollo social ante riesgos personales, familiares, sociales y económicos, así como ante emergencias externas, como es el caso de la crisis sanitaria por Covid-19.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) elaboró por primera primera vez una matriz de riesgos para los diversos grupos etarios de México, lo que permite identificar los puntos vulnerables de la población en las diversas fases de la vida.
Incluida en el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, presentado este miércoles, la matriz descubrió que de 63 programas orientados a este grupo, 32 no cuentan con acciones para protegerlos ante riesgos; es decir, tienen una vulnerabilidad de 50.7%.
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De un abanico de 13 riesgos que amenazan a los jóvenes de entre 18 y 29 años, los que tiene menos medidas de protección son el abandono escolar, la desafiliación educativa y el rezago en el aprendizaje, así como la falta de servicios educativos para completar la educación básica.
Entre los programas que carecen de capacidad de respuesta ante eventualidades de los jóvenes están las becas Elisa Acuña y Benito Juárez, Jóvenes Escribiendo el Futuro, Apoyo para Hijos de Madres Trabajadoras y Universidades Benito Juárez.
Otros riesgos frente a los cuales los jóvenes no tienen red de protección son desempleo y dificultad para encontrar trabajo, enfermedad o accidente laboral y precarización laboral. Entre las acciones con nula previsión de riesgos están Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida y Programa de Apoyo al Empleo.
En contraste, el riesgo con mayores medidas de blindaje es la falta de una vivienda digna, pues los nueve apoyos orientados para los jóvenes tienen capacidad de reacción, entre ellos los programas de Vivienda Social, de Mejoramiento Urbano, Nacional de Reconstrucción, para Regularizar Asentamientos Humanos y de Bienestar para los Pueblos Indígenas.
La matriz de riesgos de Coneval arroja que los grupos más protegidos por la política de desarrollo social son los niños de 6 a 11 años, con una vulnerabilidad de 36.5%; los adultos mayores de 60 años, con una fragilidad de 38% y los adultos de 30 a 59 años, con 42% de programas que nos los blindan ante imprevistos.
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