Han transcurrido más de siete meses desde el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar al interior de un templo en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, y por “falta de voluntad política” las autoridades siguen sin detener al culpable, indicó un integrante de la Compañía de Jesús.
En entrevista para Radio Fórmula, el padre Javier Ávila lamentó que sabiendo quién es el responsable y la región donde se esconde, “no hicieron nada” y José Noel Portillo, alias “El Chueco”, sigue libre.
Era 20 de junio de 2022 cuando el guía de turistas entró al templo de San Francisco Javier para buscar refugio de un grupo criminal que lo perseguía, pero él y los dos sacerdotes fueron asesinados por – según las investigaciones – “El Chueco”.
Desde ese momento las autoridades detuvieron a 31 personas relacionadas con la organización criminal liderada por “El Chueco”, pero no a él, el principal sospechoso del triple crimen.
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“Todavía no han detenido al responsable, han hecho operativos, por supuesto. El estado nos ha señalado que hay varios detenidos, hay algunos que detuvieron, pero el sujeto en cuestión sigue libre todavía, es preocupante”, apuntó Javier Ávila.
A las recientes palabras del sacerdote se suman los señalamientos de la Compañía de Jesús respecto a la colusión de las autoridades locales con los grupos criminales; también han comentado que a “El Chueco” se le vio en una fiesta, a menos de 20 kilómetros de Cerocahui.
Ante esta indefensión en la que se encuentra, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a 11 jesuitas de la región, por considerar que “se encuentran en una situación de gravedad y urgencia de riesgo a sus derechos humanos”.
Por lo anterior, el organismo instó al Estado a notificar, en un plazo de 15 días a partir del 22 de enero, “sobre la adopción de medidas cautelares acordadas y actualizar la información en forma periódica”.
No obstante, el padre Javier Ávila comentó que todavía no se define la ruta respecto a dichas medidas, aunque precisó que también será necesario reforzar la vigilancia y la creación de espacios seguros para la comunidad.
Sin embargo, “El Chueco” sigue libre y el pasado 24 de agosto, dos meses después del crimen, difundió un video – con el rostro cubierto – en el que lanzó amenazas contra los jesuitas, contra la comunidad de Cerocahui y contra el Sacerdote Jesús Reyes, sobreviviente del ataque.
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