Conocemos a los agentes de la Marina, los boinas verdes y la Fuerza Delta por sus incursiones nocturnas, asesinatos y ataques con aviones no tripulados. Son la punta de la lanza, la élite de la élite, guerreros de sombras que luchan contra guerras de sombras desde Somalia hasta Siria y de Iraq hasta Filipinas. Las fuerzas de operaciones especiales estadunidenses usan armas especiales y emplean tácticas especiales, por supuesto. Lo que probablemente no sabías es que también emplean una versión especial del juego $25,000 Pyramid (un programa de concursos de la televisión de Estados Unidos en los años 70). Y una versión especial del juego Jeopardy. Y antes de sus misiones secretas reales, bien pueden haber jugado un videojuego llamado Misión secreta. Pero me estoy adelantando. Comencemos por el principio. El Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos opera una escuela para impartir cursos para sus efectivos. La autoproclamada misión de la Universidad de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOU, por sus siglas en inglés) en la base de la Fuerza Aérea de MacDill en Florida “prepara Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF) para dar forma al futuro ambiente estratégico proporcionando educación militar profesional conjunta especializada”. Para ello, la JSOU ofrece cursos como Utilidad estratégica de las operaciones especiales y Acción secreta y actividades sensibles de las Fuerzas de Operaciones Especiales. También ofrece un curso que se llama Introducción a las Fuerzas de Operaciones Especiales. El portavoz del Comando de Operaciones Especiales, Ken McGraw, me dijo: “Son para educar al estudiante sobre las actividades básicas, las funciones primarias, las organizaciones, las capacidades y el empleo doctrinal de las fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos, junto con conceptos y términos clave”. Funciona de forma continua y, dice McGraw, están dirigidos a aquellos “que han sido identificados para servir en un equipo de operaciones especiales conjuntas, miembros del personal en el Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, sus comandos subordinados y sus comandos de operaciones especiales”. Introducción a las Fuerzas de Operaciones Especiales ofrece cinco lecciones interactivas que guían al estudiante a través de los conceptos básicos de operaciones especiales. No se trata de la ingeniosa aplicación de la pintura de camuflaje en el rostro ni de cómo usar un lanzagranadas M-32, sino sobre lo que diferencia a los comandos de las fuerzas convencionales, sobre la diferencia entre las misiones de “baja visibilidad” y las “clandestinas”, y sobre la discusión del aumento del riesgo estratégico, físico y político de las misiones de operaciones especiales. El curso se traslada a un plan de estudios más avanzado con lecciones, sobre todo, desde la composición de las SOF hasta el concepto de “Fuerzas de Operaciones Especiales Peculiares” (su equipo inusual). Este plan de estudios incluye una entrevista reciclada del excomandante del SOCOM, el Almirante William McRaven, realizada por Wolf Blitzer de CNN, así como una explicación soporífera del mecanismo de financiamiento que paga por todos los rifles del comando, sus lentes de visión nocturna y sus boinas color esmeralda.
›Sin embargo, en muchos sentidos el curso de introducción es más sombrío que las propias Fuerzas de Operaciones Especiales. Sabemos mucho sobre dónde se despliegan estas fuerzas en todo el mundo (138 naciones en 2016), y donde han estado involucradas este año (Somalia, por ejemplo) y donde equipan a sus aliados (Filipinas, por ejemplo), y en qué lugares entrenan y aconsejan a sus aliados y cercanos (como Siria), pero es un misterio por qué surgió la idea de usar programas de concursos para instruir a los guerreros de élite de Estados Unidos.
“No tenemos la información sobre quién creó el curso, cuándo fue creado, cuánto costó, o cuántos lo han usado”, me dijo McGraw. Es posible que el comando quiera olvidarlo todo. The Intercept consiguió una copia de Special Ops 101 a través de la Ley de Libertad de Información y sus videojuegos son lamentables, lo que se podría esperar de un contrato de gobierno con poco presupuesto, a excepción de las pruebas capstone. Los videojuegos son épicos, pero no en un sentido positivo. Los de cierta edad —los que votaron por Reagan o vivieron el frenesí del cubo Rubik— recordarán juegos de computadora como éstos. Hay un cuestionario rudimentario estructurado como el juego Jeopardy: “Los seres humanos son más importantes que el hardware... ¿Cuál es una de las cinco verdades de los SOF?”. Hay también, inexplicablemente, otro clon de Jeopardy con el (¿irónico?) Título Game Show Game. Luego hay una versión para SOF del juego $25,000 Pyramid, cuya programación parece haber costado 25 centavos. En lugar de que Jamie Farr (de la célebre seria M * A * S * H ) ofrezca pistas para ayudar a un concursante a decir las palabras “cosas que están empacadas” (siendo la respuesta “maleta”), la versión para las Fuerzas de Operaciones Especiales simplemente hace preguntas sencillas como: “¿Cuál es la misión principal de los aviones AC-130H Specter y AC-130U Spooky?” En esta versión, obtienes un “¡Correcto!” en lugar de 25 mil dólares por la respuesta correcta. Sí, esto es parte del entrenamiento para las fuerzas más elitistas, desde la escuela militar más elitista, dirigida por el mando más elitista, en la “mejor fuerza de combate en la historia del mundo”. Triste pero cierto, probablemente tu abuela no se dignaría a jugar estos videojuegos en su teléfono móvil. Excepto quizás “misión secreta” —un juego de concursos donde tomas el papel de un sapper (los soldados encargados de reconstruir la infraestructura y despejar el camino de minas) en una base militar cargada de aviones de combate, tanques, barracas y bombarderos. Se te preguntará: “¿Cuáles son las acciones tomadas directamente contra las redes terroristas e indirectamente para influenciar y hacer que los entornos globales y regionales sean inhóspitos para las redes terroristas?” Si contestas B —Contraterrorismo— prepárate para los fuegos artificiales.
Traducción: Carlos Morales.