Jeb Bush y 'su' política exterior

30 de Noviembre de 2024

Jeb Bush y ‘su’ política exterior

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EJECENTRAL

Foto | AP

Estaría dispuesto a emplear la fuerza militar

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Jeb Bush cree tener la fórmula para contener las ambiciones nucleares de Corea del Norte así como la receta para destruir a la organización Estado Islámico.

A diferencia de sus rivales en la lucha por la nominación republicana a la presidencia, si bien afirma tener sus propias ideas, viene de una familia con amplia experiencia en ese terreno, de la que él se nutrirá.

En una amplia entrevista con la Associated Press, el ex gobernador de Florida elogió la filosofía de su padre, George H. W. Bush, quien armó una amplia coalición antes de ir a la guerra en el Golfo Pérsico y apeló al poderío militar estadounidense para expulsar a Irak de Kuwait.

Jeb Bush dice estar dispuesto a emplear una agresiva política militar como sucesor de Barack Obama y a dejar en claro que “estamos de vuelta”.

Indicó asimismo que buscaría la asesoría de su hermano George W. Bush, otro expresidente, pero que en líneas generales su política exterior se asemejaría más a la de su padre. “Fue una política exterior muy exitosa, en torno a la cual creo que podría forjarse un consenso bipartidista”, manifestó. Además, sería una política “que el pueblo estadounidense podría apoyar”.

“El ingrediente que considero esencial es no solo tener una estrategia militar, sino también una estrategia política, para no crear otro vacío que haya que volver a llenar”, expresó Bush. “Siria es un buen ejemplo de eso”. Cuando Obama deje la presidencia dentro de un año, su sucesor heredará conflictos militares en dos países en los que se había comprometido a poner fin a prolongadas guerras: Afganistán e Irak. Habrá muchos menos soldados en ambos, y las fuerzas estadounidenses allí no participan directamente en combate.

Obama se irá sin haber podido acabar con dos guerras que heredó de George W. Bush. Mientras que la de Afganistán fue vista como una respuesta a los ataques del 11 de septiembre del 2001, la intervención del 2003 en Irak, encabezada por Estados Unidos, fue condenada unánimemente, ya que tuvo por objetivo acabar con armas de destrucción masiva que nunca fueron encontradas.

Jeb Bush postula una política dura hacia el extremismo islámico, pero su retórica es más moderada que la de algunos de sus rivales, sobre todo Ted Cruz, quien propuso intensos bombardeos en las zonas donde opera el Estado Islámico, dando a entender que podría haber muchas víctimas civiles, y Donald Trump, quien planteó prohibir temporalmente el ingreso de musulmanes a Estados Unidos para prevenir ataques, comentarios que recibieron amplia condena internacional.