Esta tarde, integrantes de la caravana de migrantes hondureños que buscan llegar a Estados Unidos, lograron abrir las puertas de la frontera México-Guatemala, ingresando a territorio nacional donde a escasos metros ya los esperaba un contingente de 400 policías federales en un primer retén. Los migrantes se encuentran apostados ante la fuerza pública exigiendo les dejen continuar su camino por el territorio nacional. Ya en territorio mexicano, los migrantes tiraron las vallas metálicas, las cuales fueron arrojadas hacia el río Suchiate. En su intento por seguir avanzando los migrantes se enfrentaron con la fuerza policiaca arrojándoles piedras, provocando algunos heridos tanto de los policías como de los hondureños. Tras varios minutos de tensión, la Policía Federal contuvo a los migrantes instándolos a calmar los ánimos. A través del altavoz, el comisionado de la Policía Federal, Manelich Castilla, les pidió mantener la calma, pues les permitirán el paso, en grupos de 10 personas y con sus documentos en regla. Entretanto, el propio comisionado de la policía federal dialogó con una líder de los hondureños, a quien le explicó que lo que el gobierno mexicano quiere es que su ingreso a territorio nacional sea de forma ordenada y siguiendo los protocolos en la materia. A su vez, la vocera de los hondureños convocó a sus paisanos a detener la ola violenta en contra de la policía, porque, dijo: “Compañeros, la Policía Federal nos invita a ingresar de manera ordenada y nos ofrece un albergue. Ellos pueden proceder en contra nuestra, por lo que los invito a dejar de dejar la violencia”. El llamado de la dirigente hondureña, permeó en sus paisanos quienes dejaron de lanzar todo tipo de objetos contundentes contra la Policía Federal y se mantienen en diálogo permanente con las autoridades. Asimismo, el comisionado añadió que se aplicarán estrategias para trasladarlos a albergues en tanto se define su situación y se le permite el paso. MAAZ