Pagos en exceso en contratos por adjudicación directa; anomalías en subcontrataciones que resultaron ser innecesarias; y derroche de recursos para pagar un buque remolcador sin verificar el avance real de su construcción, son parte de la serie de irregularidades que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó durante la administración de Nonato Antonio Avilés Rocha, exdirector general de la empresa paraestatal Exportadora de Sal (ESSA), y que asciende a un probable daño al erario superior a los 97 millones de pesos.
Las observaciones que la ASF hizo a la administración de la empresa productiva como parte de la revisión de la Cuenta Pública 2019 confirman la suma de anomalías y opacidades que ejecentral ha denunciado a través de diversos reportajes respecto a la gestión de Avilés Rocha, señalado de haber beneficiado a familiares y amistades con contratos de ESSA, quien renunció al cargo el pasado 22 de enero.
Entre las anomalías persistentes que se observaron en la auditoría sobre la gestión financiera de la empresa con el 49% de su capital en favor de Mitsubishi, y el 51% restante para el estado mexicano, la ASF reiteró que, en cuanto a la venta de sal los precios de venta de esta siguieron sin atender la formula aprobada por el Consejo de Administración, y del llamado “contrato marco”, entre Mitsubishi y Exportadora se mantiene sin las modificaciones necesarias para acceder a nuevos mercados y evaluar alternativas que con lleven a mayores beneficios en favor del gobierno de México.
Sobre las irregularidades detectadas en adquisiciones, arrendamientos, y servicios y obra pública de ESSA, la Auditoría determinó tres pliegos de observaciones respecto a los posibles daños causados a la Hacienda Pública Federal que en total ascienden en el periodo auditado a un monto de 97 millones 616 mil 138 pesos pendientes por aclarar. En total se generaron seis recomendaciones, y 11 promociones de responsabilidad administrativa sancionatoria en contra de los funcionarios involucrados en dichas anomalías.
Lo anterior sin considerar la falta de control de los pasivos contingentes con motivo de juicios mercantiles y civiles, así como los laborales, ya que la empresa reportó cifras diferentes tanto en el estado de su situación financiera de 2019, en el Informe de Pasivos Contingentes y en la relación de Pasivos Contingentes proporcionada por la Gerencia de Presupuestos, Contabilidad y Fiscal, así como la Gerencia Jurídica.
En esos casos, la ASF señala que ESSA omitió informar en los estados financieros sobre un importe que asciende a los 10 mil millones de pesos tan sólo referente al litigio con la empresa Experiencia Nutrimental, S.A. de C.V.
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En ese sentido también se hace mención a la discrepancia en el reporte de estados financieros de la demanda de la empresa Packsys, S.A. de C.V., en contra de Exportadora de Sal por daños e incumplimiento de contrato por la venta de salmuera residual, sobre la cual este periódico publicó en noviembre de 2019 que la administración de la paraestatal derrochó más de 350 millones de pesos al desechar miles de hectáreas de salmuera residual al mar en lugar, causando un grave daño ambiental, en lugar de obtener recursos por su comercialización.
En esos casos, como en otros contratos donde se hallaron anomalías, la responsabilidad de realizar las negociaciones y los arreglos pertinentes estaban a cargo del entonces director Antonio Avilés, pero la ASF determinó que no se contaron con evidencias al respecto
Otra cuestión de la cual no se ha determinado un monto probable del daño, pero que se encuentra bajo indagatoria es sobre la venta de sal a menor precio, pues como parte de las observaciones en cuanto al área de venta de bienes y prestación de servicios, se comprobó la venta discrecional de sal a ciertos clientes que menor cantidad se les garantizó un precio de sal de grano para embarcaciones, es decir a precio de mayoreo.
Muestra de ello fue la venta de sal que se autorizó por el entonces director general de ESSA en favor de Minerales Marinos S.A. de C.V., y Sales y Químicos de la Baja S. de R.L. de C.V., a quienes se les ofertaron 30 toneladas métricas, cargadas en camiones, pero a precio de la venta al mayoreo con entrega en barco, en contra de lo establecido en el manual de Políticas y Procedimientos para la Venta de Sal Industrial a Granel para Exportación de la empresa en el que se establece el procedimiento para la entrega de la sal regular.
La auditoría también menciona los contratos que ESSA entregó a Agroarvi, S.A. de C.V., una compañía de la cual es socio Ramón Martínez Leyva, sobrino político del exdirector, sobre la cual este diario comprobó que se trataba de una una empresa que carecía de experiencia y licencia para el manejo de sal o sus derivados, no obstante, obtuvo el producto empacado, por adjudicación directa, y a un menor precio.
Tras la salida de Antonio Avilés Rocha de la dirección general de ESSA, las indagatorias quienes habrían incurrido en el probable daño patrimonial a la paraestatal siguen a cargo de la ASF así como la Secretaría de la Función Pública, en tanto los responsables de áreas también involucradas en dichas inconsistencias se mantienen en sus cargos a la fecha, pese al cambio de estafeta con el nombramiento de Gregorio Edgar Cavazos Rodríguez.
Información recabada por este periódico indican que los titulares de las direcciones de Administración y Finanzas, Operaciones, la Gerencia Jurídica y el área de Ventas de Exportadora de Sal, que fueron las áreas revisadas por la Auditoría, se mantiene en sus cargos.
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