El fraude con la clonación de boletos a miles de asistentes al concierto de Bad Bunny en el Estadio Azteca le dio mucho sentimiento. Por eso, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió solucionarlo a su estilo, invitando al artista a dar un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México.
Eso sí, que no espere remuneración, porque no se le puede pagar. Pero apelando a su sensibilidad y solidaridad, el mandatario le pidió que haga una colaboración y se presente. Él no tendrá que poner nada, solo su talento y tiempo. El escenario y las luces las pondrá el gobierno. Ah, pero no serán tan espectaculares como las de su show. Tampoco se le podrá colocar la palmera voladora que utiliza en sus presentaciones.
La noticia corrió rápidamente. En Twitter cientos de usuarios se lanzaron a la discusión, que encabezaban los medios que publicaron la noticia. Pero fueron pocas las reacciones positivas, las críticas se llevaron la conversación.
“¿Se imaginan a AMLO dedicándole ‘Ojitos lindos’ a Beatriz Gutiérrez Müller en el concierto gratis de Bad Bunny en el Zócalo? ¡Ay, hasta se me puso la piel chinita!”, escribió el usuario @CBuburron.
La idea que anteriormente había tenido su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum, la repitió López Obrador. “Entonces le pido a Bad Bunny. Sé que está saturado y cansado porque trabajan mucho, pero le pido que considere la posibilidad de que venga a México, al Zócalo. Ojalá y venga”, dijo.
Pero las críticas fueron más. Unos comparaban el congreso para la prevención de adicciones convocado por el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, con la invitación de López Obrador. Otros fueron más allá.
Este miércoles, mientras las redes sociales se vuelcan en la discusión por la invitación del Conejo Malo al Zócalo, en la Cámara de Senadores se discute el “Plan B” de López Obrador en materia electoral. El usuario @AlanAdameMX resaltó que fue una distracción, el mismo día que “le dará un golpe inconmensurable a la democracia en México”.
Chicos y grandes escuchan sus canciones. Pero es la generación Z o post-millennials —es decir los nacidos entre 1995 y 2010—, quienes más se identifican con su música.
De acuerdo al último censo de población, los dos grupos de edad que conforman esta generación suman 42 millones 165 mil 326 ciudadanos, que para 2024 —año de la sucesión presidencial— la gran mayoría estaría en edad para votar, lo que podría dar una respuesta muy clara a la invitación del presidente López Obrador al artista.
De su cuenta. La invitación no incluyó los costos de la presentación, únicamente el escenario.
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