Los asesinatos de Aronia Wilson, gobernadora tradicional de la etnia Cucapá en Sonora, y de la comisionada trans de Movimiento Ciudadano en Jacona, Michoacán, Miriam Ríos, ocurridos en menos de una semana en el país, elevaron las alertas de los organismos que dan seguimiento a las violaciones de derechos humanos en el mundo y, cuentan los muy bien enterados, que al comunicarse a Palacio Nacional y pedir investigaciones exhaustivas y urgentes ante el temor de que en el contexto político la situación se agrave, les sorprendió, dicen, la receptividad que tuvieron sobre el tema y sutilmente reconocer que en el gobierno federal también están preocupados por la violencia política que pueda ensombrecer este año.