Mucha gente supone o cree que el uso de Internet en dispositivos móviles ha tenido efectos psicológicos negativos sobre las personas; sin embargo, según un estudio hecho con dos millones de personas de 168 países entre los años 2005 y 2022, esto es falso.
El análisis, realizado por un equipo de investigación del Internet Institute de la Universidad de Oxford, se basó en una encuesta, y a pesar de que sí encontró que las experiencias, tanto negativas como positivas, habían aumentado en promedio, no detectó evidencia que sugiriera que el uso de Internet móvil estuviera asociado con estos cambios.
Se estima que en 2005, el 17% de la población mundial utilizaba Internet; para 2020, la cifra ya era el 59%, junto con una proliferación de las preocupaciones “de que los juegos en línea, los teléfonos inteligentes y las redes sociales estén perjudicando activamente a sus usuarios, en particular a los adolescentes”, se señala en el reporte de la investigación; sin embargo, hasta ahora no ha habido evidencia clara que sustentara las preocupaciones.
Matti Vuorre, uno de los dos coautores del estudio, dice en un comunicado de prensa: “Estudiamos los datos más completos sobre bienestar y adopción de Internet jamás considerados, tanto en el tiempo como en la demografía de la población”.
“Nuestros resultados no proporcionan evidencia que respalde la opinión de que Internet y las tecnologías habilitadas por él, como los teléfonos inteligentes con acceso a Internet, estén promoviendo o perjudicando activamente el bienestar o la salud mental a nivel mundial”, se concluye en el reporte.
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Andrew Przybylski, el otro coautor, comenta que “probamos meticulosamente si había algo especial en términos de edad o género, pero no hay evidencia que respalde las ideas populares de que ciertos grupos corren mayor riesgo”.
Si acaso, la investigación encontró que la adopción de banda ancha móvil predecía una mayor satisfacción con la vida, “pero esta asociación era demasiado pequeña para tener importancia práctica”.
Para los investigadores, la verdadera preocupación es que “(l)a investigación sobre los efectos de las tecnologías de Internet está estancada porque los datos que se necesitan con mayor urgencia son recopilados y mantenidos a puerta cerrada por empresas de tecnología y plataformas en línea”.
Esos datos “son analizados continuamente por empresas tecnológicas globales para marketing y mejora de productos, pero lamentablemente no son accesibles para investigaciones independientes”, señalan Przybylski y Vuorre en el reporte.
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