Al reiterar la exigencia de paz y justicia a 119 días del asesinato de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, en Cerocahui, Chihuauha, la Compañía de Jesús en México expresó su preocupación por que la inteligencia militar esté más enfocada en monitorear las declaraciones de sacerdotes, en lugar de ubicar al homicida de los clérigos.
A través de un comunicado, los jesuitas en el país reprocharon el seguimiento que, según documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se tenía desde antes del asesinato de los sacerdotes sobre las actividades delictivas en la región de la Sierra Tarahumara, así como de los pronunciamientos públicos de los sacerdotes para determinar si eran críticos con el gobierno actual.
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“Es muy grave y preocupante que la inteligencia militar no se haya concentrado en localizar al perpetrador de los asesinatos, hasta hoy prófugo, y sí en monitorear los pronunciamientos públicos de los sacerdotes (…) De haberse actuado en consecuencia, la tragedia probablemente se hubiera evitado”, sostuvo la compañía de Jesús mediante un comunicado.
En ese sentido también rechazaron el que, desde la óptica del Ejército, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) sea considerado un “grupo de presión” contra el gobierno, pues aseguraron que el acompañamiento que ha dado la organización civil en defensa de los derechos humanos ha sido “fundamental para la consolidación del estado de derecho y la democracia” del país.
En entrevista con este diario, el padre Javier Ávila Pato aseguró que los operativos y las presencia de fuerzas de seguridad en Cerocahui han ido a la baja, y al contrario es recurrente ver a los criminales circular en las comunidades, pues el sacerdote jesuita advirtió que todo indica que el gobierno le “apuesta al olvido”.
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