La Organización Internacional del Trabajo define al trabajo infantil como toda actividad que priva a niñas y niños de su infancia, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
¿Cuántos niños se encuentran en las calles vendiendo dulces, flores, u otros artículos, o recolectando reciclables en los botaderos de basura, limpiando parabrisas en los cruceros y haciendo otras labores en lugar de jugar o estar en la escuela?
Tan sólo en nuestro país se estima que hay 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes en edades de 5 a 17 años laborando, y un 45.9% de ellos no percibe ningún ingreso; mientras que un 29.3% trabaja 35 y más horas a la semana. https://bit.ly/25MvRoO
La pobreza es el principal determinante de que esto suceda, y genera un ciclo, donde una familia con escasos ingresos se ve forzada a enviar a los hijos a trabajar, a consecuencia de esto, no pueden asistir a la escuela, por esta baja escolaridad sus ingresos son proclives a ser mínimos, y esto perpetua la pobreza generacional.
Existen otros factores que también intervienen como: la enfermedad o la muerte de algunos de los padres, las altas tasas de natalidad que eventualmente provocan que los hermanos mayores mantengan a los menores; y por supuesto, el difícil acceso a la educación y los costos que esta implica. https://bit.ly/2gmw6qN
Los niños trabajadores son casi el doble que las niñas, por supuesto, las estadísticas no contemplan el trabajo doméstico, el cual recae más en las mujeres.
En el mundo existen alrededor de 250 millones de niñas, niños y adolescentes trabajando en el mundo y más de 150 millones lo hacen en condiciones peligrosas.
El sector que concentra mayormente a este grupo etario es el agrícola, seguido del sector de servicios y después de la industria.
Las formas más extremas de trabajo infantil implican situaciones de esclavitud, apartados de sus familias, abandonados en grandes ciudades, y expuestos a enfermedades, así como, violencia emocional, psicológica y sexual. https://bit.ly/1pj65kI
En Norteamérica y Latinoamérica, los trabajos más peligrosos donde pueden ser explotados es la prostitución que atiende el turismo sexual, además de la trata y el narcotráfico.
México ocupa el lugar 49 en la tasa de trabajo infantil, siendo Puebla, Jalisco y Guerrero los primeros lugares en cuanto a menores de edad trabajando.
El Consejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (CONAPRED) señala que el trabajo infantil viola los derechos de la infancia, mismos que se encuentran señalados en la Convención sobre los Derechos de Niños y Niñas, el cual dice que tienen derecho al descanso y al entretenimiento, al esparcimiento y a las actividades recreativas propias de su edad. https://bit.ly/1lGDbJe
No obstante, para lograr la erradicación de este fenómeno, se debe comprender que la complejidad de este problema subyace más allá de los marcos legales. Sus raíces se encuentran en el limitado desarrollo económico, la baja calidad educativa y la fragilidad de las instituciones; en un país como el nuestro, donde la violencia, la corrupción y la impunidad han propiciado que la infancia, en su mayoría, se encuentre situación de riesgo, donde diversos fenómenos sociales y culturales están atentando en contra de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, y representa una responsabilidad hacia ellos que como padres, sociedad y autoridades no debemos posponer.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n
