Algunas personas con discapacidad conforman uno de los grupos más vulnerables, se cuentan como uno de los sectores con más pobres entre los pobres, al registrar elevadas tasas de desempleo, de inactividad económica y con protección social insuficiente.
El binomio de la pobreza y discapacidad forman parte de la realidad del 80% de las personas que viven con esta condición, y este fenómeno no es exclusivo de los países en vías de desarrollo, también en los países ricos se enfrenta esta situación.
De acuerdo con la Organización Mundial del Trabajo, del 15% de la población total del planeta que padece discapacidad, el 80% de estas personas se encuentra en edad productiva para el empleo. https://bit.ly/2q2yNyN
No obstante, muchos de los espacios laborales que se ofertan no ofrecen las condiciones necesarias para atender las necesidades especiales de quienes padecen algún impedimento, ya sea motriz o mental, así como proveer de espacios de crecimiento o aprovechamiento de este capital humano. Por lo general se les asignan labores mecánicas o de poco impacto y con sueldos inferiores.
Por otra parte, en el espectro de la discapacidad, existen dos extremos, por un lado se encuentran las personas adultas mayores, y por el otro, la niñez, dos grupos etarios que son los más vulnerables.
Las personas mayores conforme envejecen, se vuelven más proclives a desarrollar algún nivel de discapacidad, y con el cambio generacional que enfrentamos, se estima que para el 2030 a nivel goblal habrá mil 400 millones de adultos mayores.
Hoy en día, existen al menos 150 millones de niñas y niños con alguna discapacidad alrededor del mundo, de los cuales una gran mayoría no puede asistir a la escuela, presentan desnutrición y no cuentan con acceso a servicios médicos.
En México, el incremento de las personas con discapacidad en situación de pobreza se incrementó del 50.2% en 2010 a 54.1% en 2014, según las evaluaciones del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval).
Asimismo, en ese mismo año la tasa de pobreza extrema entre esta población fue de 12.7%, mientras que tratándose de la población en general en todo el país fue de 9.6%. https://bit.ly/2p2c088
Además de las insuficiencias educativas, de nutrición y salubridad, también carecen de vivienda adecuada, agua potable y movilidad en los espacios públicos, aunado al hecho de las limitaciones de involucramiento en procesos de participación política y legal. https://bit.ly/2jFpXDh
Por otro lado, el costo por discapacidad puede ser muy variado, sin embargo, implica un mayor gasto en comparación a una persona no discapacitada, que sí bien se sabe es bastante significativo no hay estudios que cuantifiquen con exactitud lo que representa para una familia mexicana.
Lo anterior, señala la trascendencia de trabajar en diversos frentes que atañen a los derechos humanos de las personas con discapacidad, puesto que sus condiciones ameritan acciones inmediatas, especialmente de inclusión a la salud integral, la educación y el trabajo, reconociendo sus capacidades, su dignidad y participación en las políticas públicas.
Se necesita movilizar a una sociedad que los ha marginado en un discurso condescendiente y lleno de eufemismos que se niega a reconocer una terrible verdad. Porque el binomio de discapacidad y pobreza es un escenario que debe humanizarse y tomar el papel que a todos nos corresponde para mejorar e incluir a todos y todas.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n