El proyecto de ley para regular la venta y distribución de armas que se presentó ayer por la noche al Senado de los Estados Unidos no cumplió con algunos de los puntos más críticos para frenar la violencia por esta causa al no elevar la edad mínima de comprar y tampoco prohibir la venta de rifles semiautomaticos, factores que según especialistas están íntimamente ligados con los tiroteos masivos que han sacudido a este país en las últimas décadas.
Uno de los puntos más fuertes de esta iniciativa es que define de manera específica el delito de tráfico de armas de fuego, e impone penas más severas a cualquiera que participe en esta red de distribución, lo que podría persuadir a los eslabones más débiles de estas cadenas delictivas.
La iniciativa, que parte de un acuerdo firmado por 20 senadores de ambos partidos, también incluye modificaciones para ampliar e incluir los registros juveniles al sistema nacional de verificación de antecedentes para comprar un arma, así como la prohibición de que personas con antecedentes de abuso doméstico puedan adquirir algún rifle o pistola.
Esta propuesta reconoce la salud mental como uno de los ejes primordiales en la violencia armada, por lo que otorgará 15 mil millones de dólares en nuevos fondos federales para ampliar programas de atención psicológica, así como para mejorar la seguridad escolar en algunas zonas.
Parte de las modificaciones enfocadas a los estados proponen llegar a un acuerdo que permita a las autoridades retirar temporalmente las armas a personas que estén atravesando por momentos difíciles o de “bandera roja”, a lo que se debe sumar a quienes sean considerados como un riesgo para sí mismos y la comunidad.
Se espera que esta propuesta se apruebe la próxima semana por la mayoría del congreso, en lo que sería el mayor avance en temas de control de armas en Estados Unidos en más de tres décadas.
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