Partidos políticos menos libres, restricción a las libertades civiles, bajo acceso a la justicia y pocos controles de gobierno son factores que han provocado que la democracia mexicana se encuentre en declive, de acuerdo con el informe El Estado Global de la Democracia 2022, elaborado por el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA) y publicado este miércoles.
Compuesto por cinco indicadores, divididos en 24 reactivos, el informe muestra que México cayó en Gobierno Representativo, al pasar de 0.73 en 2019 y 2020 a 0.71 en 2021. Dentro de este indicador, las mayores caídas se registraron en Elecciones Limpias (de 0.77 en 2020 a 0.75 en 2021) y en Partidos Políticos Libres (de 0.62 en 2020 a 0.58 en 2021). En este último renglón se trata de la peor marca desde 1997, cuando México alcanzó 0.61
Una de las caídas más sensibles de la democracia mexicana se registró en Derechos Fundamentales, al obtener 0.47 puntos. Es la peor marca desde el año 2003, cuando se obtuvo un puntaje de 0.50.
En este indicador —que engloba acceso a la justicia y libertades civiles como expresión, asociación, religión, movimiento e integridad personal— México está por debajo del promedio mundial (0.58), continental (0.58) y de Centroamérica (0.51).
En el reactivo sobre acceso a la justicia, la democracia mexicana tuvo un puntaje de 0.43, que representa la peor marca desde 1975, año en que comienzan las mediciones del Índice Global.
Mal ejemplo
Titulado Forjar contratos sociales en tiempos de descontento, el informe global hace una mención a los líderes populistas, categoría en la que incluye al Presidente de México.
“Los líderes autoritarios populistas están desmantelando la democracia desde dentro, después de haber sido elegidos democráticamente. Estos líderes dicen entender las frustraciones de las personas y ofrecen soluciones fáciles para problemas complejos como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades”, señala.
Sin embargo, agrega, “una vez en el poder, en lugar de ofrecer nuevas condiciones sociales inclusivas, promueven lo contrario y debilitan los derechos e instituciones democráticas clave como legislaturas, tribunales y órganos electorales”.
“Por ejemplo, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y su partido han tratado de debilitar varios órganos constitucionales autónomos, incluyendo el Instituto Nacional Electoral y los institutos electorales locales, recortando sus presupuestos y cuestionando su pertinencia”, ilustra el documento.
Frágil división de Poderes
En materia de controles de gobierno, la democracia mexicana también muestra una erosión. En el rubro de Parlamento Efectivo, México obtuvo una calificación de 0.48, un descenso de dos décimas respecto de 2018 y la peor marca desde 2003, cuando se obtuvo un puntaje de 0.58 que se mantuvo estable hasta 2012.
Uno de los descensos más ostensibles fue en el renglón de Independencia Judicial, al obtener 0.44 puntos, cuatro décimas menos que en 2020 y el peor registro desde 1995.
Entre los pocos avances que muestra la democracia mexicana en los últimos años está la Ausencia de Corrupción, que pasó de 0.45 puntos en 2020 a 0.47 en 2021. Dicho registro está por debajo del alcanzado en 2001, cuando se obtuvo la mejor calificación en el historial de IDEA, con 0.52 puntos
El informe cataloga a México como una democracia de rendimiento medio, con tendencia a la baja. Su estatus es similar al de la mayoría de los países de Sudamérica, con excepción de Venezuela, que es catalogado como autoritario, y de Paraguay, que tiene una democracia débil.
Aun con sus desgastes, la democracia mexicana es equiparable a Panamá, Costa Rica y Dominicana, pero superior a las de Guatemala, Honduras y El Salvador (calificadas como débiles), así como a las de Nicaragua, Cuba y Haití, donde hay gobiernos autoritarios.
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