La prensa de la élite estadounidense, señalada por el presidente Donald Trump por “deshonesta”, “mentirosa” y “enemiga del pueblo”, suma ahora la carga de posible parcialidad y falta de equilibrio, luego de que el informe Mueller demolió sus expectativas de que el presidente sería llevado ante tribunales por la trama rusa.
Luego de dos años de investigación, de excesos y polémicas, Trump ha logrado erosionar la credibilidad de la prensa y lo mismo corre de sus conferencias de prensa a reporteros incómodos, crítica la línea de la cadena CNN, del New York Times o del Washington Post o busca
saltarse a diario a los medios a través de Twitter, donde cuenta con 53 millones de seguidores.
Ante los ataques a la prensa, los medios de prestigio, a su vez, se han planteado seriamente boicotear la cobertura de Trump, pero más que un espíritu de vendetta evitan ante todo verse sumisos a la Casa Blanca y optaron por centrarse en investigaciones serias, como la del informe del fiscal Robert Mueller.
Los medios liberales construyeron grandes expectativas de que Trump correría una suerte similar a la de Richard Nixon, quien renunció a la presidencia por el caso Watergate. Del otro lado, para la derecha mediática, la cobertura del Rusiagate era parte de una conspiración de demócratas y la prensa en contra de Trump.
De cualquier modo, la mesa estaba servida para la polarización.
›La comparación de la suerte de Trump con la de Nixon carece de sustento. Culturalmente, la guerra en Vietnam, la revolución sexual y los movimientos pacifistas marcaron el mandato de Nixon en los 70, a quien la Cámara de Representantes acusó de mentir, de abuso del poder y de despreciar al Congreso. Con Trump en la Casa Blanca, la mentira se ha instalado como un estilo de gobierno.
El diario Washington Post contabilizó en un editorial reciente que el presidente ha mentido cuatro mil 229 veces a lo largo de 558 días en la Casa Blanca.
En poco más de dos años, Trump aún continúa asediado por 17 distintas investigaciones, algunas de ellas por faltar a la verdad, como pagar el silencio de dos mujeres con las que se acostó y los 107 millones de dólares en fondos extranjeros para su toma de posesión.
Oxígeno para Trump
Por lo pronto, lejos de poner contra las cuerdas a Trump, el informe Mueller lo ha vigorizado.
Con la mirada puesta en la reelección del 2020, Trump lanzó su contraataque con los temas más exitosos de su campaña electoral del 2016: destruir el sistema de salud popular, Obamacare, ahora por la vía judicial y la construcción del muro con México, por ser asunto de seguridad nacional.
Con razonables dudas y sombras sobre el papel de los medios en el informe Mueller, los grandes periodistas han defendido su trabajo. Martin Baron, editor del Washington Post, expresó: escribimos mucho sobre la relación de los rusos con la campaña de Trump. Nuestra labor es transparentar los hechos y toca a la justicia juzgar si existieron o no delitos que perseguir.
La prensa debe de estar orgullosa por indagar sobre conexiones con los rusos, así se llegue hasta el presidente o a su hijo, Donald Trump Jr., escribió a su vez Margaret Sullivan, analista de medios del Post. Sin embargo, Sullivan criticó a los comentaristas que sin un conocimiento preciso, llenan horas de espacio tiempo al aire en segmentos noticiosos de televisión por cable, como sucedió en el Rusiagate.
Jeff Zucker, jefe de la cadena CNN, no obstante, se dijo satisfecho con la cobertura del Rusiagate, al decir: no somos investigadores judiciales, sino periodistas y nuestra labor es reportar hechos conforme los vamos conociendo.
Otros, sin embargo, han subrayado las tintas sobre las voces a las que los medios han dado espacio. David Brooks, columnista del New York Times, ha señalado que el exdirector de la CIA, John Brennan, y Adam Schiff, jefe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, deberían de disculparse y pedir perdón por sus teorías fantasiosas y conspirativas de Trump con Rusia.
En un editorial de la revista Rolling Stone, Matt Taibbi señaló que con el Rusiagate, la prensa cometió un error comparable al del invento de las armas de destrucción masiva en Irak, cuando los medios repitieron la mentira del gobierno estadounidense, filtrada para justificar el derrocamiento de Sadam Husein. Es una debacle de la prensa de la élite y de los demócratas, dijo.
Para Rich Lowry, editor del conservador National Review, hubo tres grandes perdedores con el informe Mueller, según lo escribió en su cuenta de
Twitter: los medios, los medios y los medios Pero es justo decir que los excesos tuvieron lugar en ambos lados del espectro mediático.
El conductor proTrump de la Cadena Fox, Sean Hannity, calificó durante el último año al fiscal Mueller y su equipo como un grupo partidario de Hillary (demócratas), dedicado a echar cortinas de humo y desatar una cacería de brujas en contra el presidente Trump, lo cual no obstó para que una vez que la investigación concluyó, Hannity declara al aire que estaba satisfecho de haber hecho lo correcto.
›Un hecho que han señalado diversos medios es que del informe Mueller sólo se conocen cuatro páginas resumidas por el Departamento de Justicia. David C. Johnston, ganador del Pulitzer, dijo que los medios deben buscar la publicación íntegra del informe, como corresponde a la tradición estadounidense.
El reporte de la investigación sobre Nixon, del comité judicial de la Cámara de Representantes, fue divulgado íntegramente, al igual que el informe del fiscal Kenneth Starr sobre el affaire de Bill Clinton con Monica Lewinsky y el caso Whitewater, así como la investigación por el ataque terrorista del 9/11 a las Torres Gemelas y el Pentágono.
Incluso, por el interés de divulgar lo más posible al ataque de Al Qaeda sobre Nueva York, el informe del 9/11 fue hecho público por capítulos, como si de una novela se tratara.
Finalmente, de Rusia también llegaron las molestias por el informe Mueller. El exembajador y analista político Alexey Pushkov mencionó que el reporte es una desgracia para Estados Unidos y su élite política, mientras que la vocera del Ministerio Exteriores de Rusia, María Zakharova, dijo que en su país siguen esperando una disculpa.