Al parecer los precios al consumidor, así como al productor pierden ímpetu al cierre de 2022; sin embargo, la inflación en los alimentos, bebidas y tabaco continuó su camino ascendente y alcanzó un récord de 23 años.
Al cierre de 2022, los alimentos aumentaron 14.14 %, sólo comparable con noviembre de 1999, momento en el que anotó un crecimiento de
14.30 %, momentos críticos para la economía de los hogares en el último tramo de la administración del expresidente Ernesto Zedillo, periodo en el que se vivió una de las peores crisis del país.
De manera continua, la inflación de los alimentos, bebidas y tabaco ligó 19 meses subiendo, y 10 marcando doble dígito.
En contraste, la inflación general a diciembre se ubicó en 7.82 %, casi la mitad de los alimentos y los precios al productor registraron 4.88 %, su cuarto mes perdiendo velocidad.
Por ello a los productores les está costando menos hacer sus productos y ello podría trasladarse a los consumidores, aunque las condiciones económicas realmente definirán el rumbo inflacionario.
Si hay más empleo y aumentan los ingresos podría haber presión sobre los precios.
Otra señal favorable es la inflación subyacente, la que se considera medular en la formación de los precios a mediano y largo plazo, y que cortó 25 meses de incrementos y detuvo su ascenso, aunque sería muy pronto anticipar que la inflación dejaría de ser un problema para los hogares.
Por el momento, los últimos datos muestran que las previsiones del Banco de México se alinean a los resultados y podría decirse que las medidas, tanto del propio Banco como del Gobierno están surtiendo efecto, aunque sigue la parte de alimentos presionando la formación de precios y ahí es donde las familias ponen su mayor gasto y entre más tiempo se mantenga caro, más es el daño en sus percepciones.
En México, cerca del 90 % de los hogares destinan la mitad de sus ingresos a la compra de alimentos, siendo los más vulnerables los que tienen la mayor afectación, ya que ellos son los que no alcanzan a cubrir la canasta alimentaria.
14.1 % aumentó el precio de los alimentos, bebidas y tabaco, lo que supone un récord en lo que va en 23 años.
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