Aunque bajó la velocidad en la primera mitad de noviembre la inflación general a una de 8.14%, en términos quincenales fue la más alta desde la segunda parte de marzo. Además, los alimentos, bebidas y tabaco, aún presentaron un aumento anual de 14.10 por ciento.
La mediana de los analistas del sector privado anticipaban una tasa anual para la primera parte del mes de 8.25% anual, y un incremento de 0.66% quincenal; sin embargo, fueron de 8.14 y 0.56%, respectivamente.
La inflación subyacente, la que se considera medular en la formación de precios, se incrementó más de lo esperado, un 0.34%, cuando el consenso anticipó una de 0.31 por ciento quincenal. En términos anuales fue de 8.66%, más que el 8.63% previsto y mayor a la de 8.45% de la quincena anterior.
Aunque la inflación general fue algo más baja a lo previsto, los bolsillos de los consumidores no dicen lo mismo, ya que ahí es donde verdaderamente se resienten los efectos inflacionarios.
Las frutas y verduras aumentaron 13.36% anual, pero tuvieron una disminución quincenal de 0.72 por ciento.
El salto en la inflación general se debió principalmente a un aumento en las tarifas eléctricas de un 20.29% quincenal, y fue la mayor incidencia del INPC con 0.325 puntos. La terminación de los programas de temporada cálida en 11 de las ciudades del país fue lo que afectó a la inflación general de manera negativa.
Asimismo, los genéricos que más perjudicaron en la primera quincena fueron: chile serrano (26.11%), transporte aéreo (12.93%), nopales (11.39%), los servicios profesionales (10.41%) y los servicios turísticos en paquete (5.18%).
En sentido contrario, los que aliviaron las presiones inflacionarias con bajas en sus precios fueron: la cebolla (13.02%), el tomate verde (9.26%), el melón (8.70%), la calabacita (7.93%) y los hoteles con (5.32%), lo más destacable en la primera parte de noviembre. MAAZ
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