La inflación en Estados Unidos del sexto mes del año fue de 3.0 % y se convirtió en la más baja en los últimos 26 meses. El dato es favorable para los consumidores estadounidenses y ello también se traslada a las intenciones de la Reserva Federal de ese país, ya que las probabilidades de un incremento de tasas que tiene en el radar el banco se podrían reducir.
El comportamiento de la inflación que desacelera más de lo estimado beneficia al peso mexicano, debido a que al reducirse la probabilidad de un aumento en las tasas de interés el apetito por la deuda en pesos se mantiene y por consecuencia hay más dólares en la economía mexicana, y por consecuencia el precio baja.
Los economistas esperaban una inflación de 3.1 %, no obstante, fue menor. Al conocerse la cifra, el tipo de cambio mexicano tomó fuerza y mandó al dólar a un mínimo desde el 7 de diciembre de 2015.
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En las operaciones interbancarias, en el mercado internacional, el billete verde tocó un mínimo de 16.8086 pesos y su siguiente soporte se ubica en 16.6575 y de romperlo podría descender a los 16.50 pesos.
Con el resultado de junio, la inflación general de Estados Unidos liga 12 meses desacelerando y sólo está a 1 % del objetivo que tiene el banco central estadounidense del 2 %. A la desaceleración siguió apoyando un descenso en los precios de los energéticos de 16.7 % anual, al interior, las gasolinas descendieron 26.5 % en 12 meses.
En tanto, los alimentos marcaron una tasa de 5.7 % anual, casi al triple de la inflación general de junio, pero con una tendencia que marca un menor crecimiento. Los carros usados que habían acelerado se les acabó el combustible y marcaron una reducción de precios de 5.2 % anual, mientras que los nuevos subieron un 4.1 %.
De los datos favorables para el peso, recibió un importante impulso de la actividad industrial en México que fueron mejores a lo anticipado por los economistas que esperaban un estancamiento para mayo.
La actividad industrial se considera un reflejo de la capacidad productiva que tiene nuestro país y ello también le da respaldo a la divisa mexicana ante el billete verde, además de las remesas, las exportaciones, las reservas Internacionales, así como el nearshoring que está incrementando a la inversión extranjera directa (IED). En la recta final de la sesión de este miércoles, el tipo de cambio rebotó a 17.15, para luego volver a caer a los 16.89 pesos.
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