Las comparativas en el manejo de la economía y la inflación, son una de las favoritas del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en varias ocasiones presumió que la inflación de Estados Unidos era mucho mayor a la de México, y que sus medidas para contener los precios de los combustibles habían hecho efecto.
Aunque Estados Unidos no tuvo subsidios en los combustibles, su inflación alcanzó un máximo de 9.1% en junio; mientras que en México para ese mes fue de 7.99%, pero podría haber sido de hasta 12% en ese momento —aseguró el mandatario mexicano—, de no haber aplicado su gobierno las subvenciones a los combustibles. Ahora, la inflación estadounidense marca una tendencia en descenso por segundo mes, pero en México subió a 8.15% en julio; y para agosto tuvo un registro de 8.7%, un máximo de casi 22 años.
Los economistas del sector financiero estadounidense esperaban que la inflación en ese país fuera de 8.1% para agosto; sin embargo, fue de 8.3%, y aunque va en descenso, aún se considera una inflación alta debido a que la meta es del 2%. Es decir, poco más de cuatro veces por arriba del objetivo de la Reserva Federal.
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Los elementos que continúan golpeando los bolsillos de los estadounidenses fueron la energía con un 23.8% anual, aunque debe sobresalir que respecto a julio tuvo una baja de 5%. Al interior, la gasolina tuvo una caída de 10.6% mensual, pero continuó con un 25.6% arriba en los últimos 12 meses. Los alimentos se encarecieron 11.4% en el año, un 0.8% mensual. La electricidad y el servicio de gas público aumentaron en el último mes 2.1 y 1.5%, mientras que la tasa anual fue de 15.8 y 33%, respectivamente.
La inflación, menor al del mes pasado, pero mayor a la estimación, impactó en el cambio mexicano, ya que ha depreciado a la moneda 1.25%, con lo que el dólar se negocia en 20.07 pesos, rompiendo así cinco días de apreciación para el peso.
Los mercados de valores reaccionaron de manera negativa ante el dato, que consideran como un catalizador para que se incremente la tasa de interés. El Dow Jones, el S&P500, y el Nasdaq Compuesto cayeron con fuerza y perdieron 3.94, 4.32 y 5.16%, respectivamente. En México, la Bolsa cedió 1.71 por ciento.
El dólar se está fortaleciendo debido a que el Banco Central podría mantener la postura agresiva en el aumento de tasas para contener la inflación; sin embargo, este fortalecimiento no podría prolongarse debido a que la medida antiinflacionaria también traería repercusiones en el crecimiento económico estadounidense, lo que debilitaría a su propia moneda. Aunque actualmente los momentos de debilidad del dólar han fortalecido al peso mexicano, una contracción económica de aquel país también depreciaría al peso.
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