El aceleramiento en los precios de los alimentos tiene una desproporción con el resto de los genéricos en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), un evidente deterioro de los ingresos de los mexicanos. De acuerdo con datos de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), productos como la cebolla, chile, jabón de baño, jitomate, naranja, chiles en escabeche, tomate, huevo, sal de mesa y frijol, son los que se presentan con mayor variación del 15 de septiembre al 15 de octubre, un grave golpe al bolsillo de los consumidores en el país.
Los productos con mayor variación de precios se encontraron en Guanajuato, donde la naranja está 233.33 % más cara; en Nuevo León con 212.5 % en el jabón de baño; Jalisco, con un 130 % en la cebolla, y 96 % en el chile. “Este reporte del mercado confirma que la inflación alimentaria en el país sigue azotando el poder adquisitivo de los consumidores mexicanos”, indicó la alianza de comerciantes.
Ante las previsiones de un inminente arribo de una recesión global de la que nuestro país no escaparía, y la temporada invernal que podría despertar una nueva ola de Covid y enfermedades estacionales, la ANPEC pide que los consumidores se prevengan ante una contingencia.
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“En los temas económicos que tienen que ver con el poder adquisitivo de la población vale más que sobren prevenciones a que nos tomen desprevenidos. La recepción es inminente y debemos tomar providencias”, indicó su titular, Cuauhtémoc Rivera.
También señaló que los esfuerzos del Paquete Contra la Inflación y la Carestía 2 (PACIC), podrían ser infructuosos “contra la feroz corriente del inmenso océano del mercado” que diluye los ingresos con el aceleramiento de precios, y advirtió que a inicio de cada año, siempre hay una actualización de precios que realizan la mayoría de las cadenas productivas en sus portafolios de mercancías, lo que sumará a la cuesta de enero.
Aunque las previsiones apuntan a un gris escenario económico para el país al cierre del año y para 2023, en los cálculos del Gobierno de México no entra, ya que estima un crecimiento de 2.4 % para 2022 y de 3.0 % para el siguiente, pese a que organismos como el Fondo Monetario Internacional, la CEPAL, el Banco Mundial y el propio Banco de México indican una desaceleración económica más pronunciada para este y el próximo año.
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