Infancia en riesgo

27 de Diciembre de 2024

Infancia en riesgo

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El bienestar físico y mental de un número aún indefinido de infantes infectados en México es incierto; aunque pudieron experimentar síntomas leves, el riesgo de sufrir secuelas graves es latente

Las fotos de Eva dan cuentan de la lucha que esta niña de ocho años ha tenido que librar desde que enfermó de Covid-19. Cambió sus patines morados con estrellas por un aparato ortopédico que le ayuda a caminar luego de perder parte de la movilidad a causa de la infección por coronavirus.

Para sus papás, las molestias iniciales en las piernas de su única hija se transformaron en gritos agudos de dolor que paralizaban a la pequeña por largos minutos.

Los dolores aumentaron con el paso de los días, y aunque al principio no pensaron que estos síntomas pudieran estar relacionados con la infección de coronavirus que padeció dos meses atrás, un especialista les explicó que Eva sufría de Covid prolongado, a pesar de haber presentado un cuadro inicial demasiado leve.

Datos de Reino Unido, país que ha estudiado con mayor profundidad los efectos de Covid prolongado en menores de edad, muestran que uno de cada siete menores contagiados por coronavirus durante los últimos dos años desarrolló, al menos, un síntoma de esta enfermedad crónica.

Los efectos del Covid prolongado en menores de edad son tan radicales, que el médico que estuvo al frente del equipo encargado de caracterizar este padecimiento para la Organización Mundial de la Salud (OMS), Joan Soriano, explicó que la definición oficial no contempla a este grupo porque “el hecho de que un niño no pueda ir al colegio o jugar es de otra categoría; es tan diferente a la condición de los adultos que hemos tenido que dejarlos por fuera”.

En México, se han contabilizado 247 mil 381 casos de Covid-19 en menores de 17 años; aunque es el grupo con más subregistro debido a la poca gravedad de sus síntomas, y a que la estrategia de la Secretaría de Salud se enfocó en realizar la mayoría de las pruebas de detección en pacientes graves, por lo que cerca de medio millón de niños, niñas y adolescentes están en riesgo.

Esta cifra podría multiplicarse debido a la aparición de Ómicron, una variante que disparó las infecciones pediátricas en Estados Unidos, Sudáfrica y Gran Bretaña. Los expertos, como la inmunóloga Laura Díaz-Álvarez, alertan sobre el Covid prolongado, porque puede “comprometer seriamente su desarrollo físico, mental y emocional”.

EFECTO DEVASTADOR

Estos son, hasta ahora, los principales daños causados por el coronavirus en los menores de 17 años:

  • Efectos prolongados multiorgánicos en funciones del corazón, pulmones, riñones, piel y cerebro.
  • Daño a las células pancreáticas que regulan los enzimas que activan la insulina, lo que provoca diabetes Tipo 1.
  • Desarrollo de Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico o MIS-C.
  • Inflamación nerviosa de forma persistente.
  • Disautonomía o la perdida de la capacidad para controlar las funciones no voluntarias de los órganos del cuerpo.
  • Cansancio o fatiga crónica.
  • Encefalopatías permanentes, y confusión mental, delirio o alucinaciones.
  • Fenómeno inflamatorio muscular con atrofia periférica.
  • Poca regulación de los ciclos circadianos, lo que produce insomnio clínico.