Inconsistencias y contradicciones en “verdad política” de Ayotzinapa

El informe que rindió el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, como parte de las indagatorias que realiza la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa y la subsecuente detención del exprocurador general de la República, Jesús Murillo Karam constituyen una “verdad política” con la que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador busca cerrar el caso.

De acuerdo con el periodista Raymundo Riva Palacio en su columna Ayotzinapa, la verdad política, si la “verdad histórica” con la que el gobierno de Enrique Peña Nieto buscó dar por terminada la investigación fue una “frase grandilocuente” que se oía hueca, la verdad política puede ser contundente, pero está igual de hueca.

El periodista señala que entre el cúmulo de información y fases pronunciadas por Alejandro Encinas el pasado jueves al rendir el informe sobre Ayotzinapa, en medio, hay un “faltante de elementos jurídicos fundamentales”, así como datos que este periódico ha documentado y que “tirarían la versión actual” sobre lo que, se dice, ocurrió la noche del 26 de septiembre de 2014.

Un primer punto que menciona es el hecho de que se menciona que hubo encubrimiento, pero queda la interrogante sobre hacia a quien; se suma el que la acusación en contra de Murillo Karam es por los delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de justicia, de los cuales, los primeros dos no resultan aplicables dado el principio de irretroactividad de la ley.

Sin embargo, apunta Raymundo Riva Palacio, no se le imputó un delito flagrante, como lo es la alteración al debido proceso, esto al revelar videos de presuntos criminales.

Si bien Alejandro Encinas apuntó que se trató de un “crimen de Estado”, indica el periodista, la línea de mando del Estado no alcanzó su punto más alto, siendo este el expresidente Enrique Peña Nieto, pues el mismo Subsecretario aseguró en conferencia de prensa que ni él ni el exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos se encontraban entre las personas contra quienes se solicitaron órdenes de aprehensión.

¿Se puede hablar de crimen de Estado si está fuera de la ecuación Peña Nieto? ¿O el exsecretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, o el anterior secretario de la Marina, Vidal Soberón, o el actual, José Rafael Ojeda, que era el jede de la Zona Naval de Acapulco?”, indica.

Mientras que otro de los datos relevantes que se escapan del informe en el que se señala al Ejército de la desaparición de los normalistas son las grabaciones que la Administración para la el Control de Drogras (DEA, por sus siglas en inglés) tiene – y de las que ejecentral dio cuenta en abril de 2018 – en las que se establece un minuto a minuto de lo ocurrido la noche del 26 de septiembre hasta las 23:00 horas.

¿Qué revelan las grabaciones de la DEA sobre Guerreros Unidos?

Las grabaciones de la DEA involucran a la organización Guerreros Unidos, identificado como escisión del Cártel de los Beltrán Leyva, cuyos números telefónicos de al menos 11 líderes fueron intervenidos, con lo que autoridades estadounidenses no sólo pudieron dar seguimiento al crimen en tiempo real, sino también comprobar cómo estas personas decidieron y planificaron responsabilizar al gobierno y a la Policía Federal de lo ocurrido.

ejecentral dio cuenta de cómo tras la desaparición de los normalistas y el que la Federación tardara en atraer el caso permitieron que Guerreros Unidos movilizara a transportistas, policías comunitarias y familiares de policías detenidos para presionar a las autoridades estatales, en este caso a la Fiscalía de Guerrero.

Sin embargo, en sus mensajes se advierte que incluso planearon acciones concretas para lograr que el gobierno federal interviniera, así como para culpar al gobierno del entonces presidente municipal, José Luis Abarca.

“Que sierren las carreteras con los transportistas para que aiga presencia del gobierno federal (…) que se la de chilpo y la del mole”, indicó Adán Zenén, líder de Guerreros Unidos el 28 de septiembre.

Las transcripciones de los audios también permiten entender que el ataque en contra de los normalistas fue resultado de una confusión, en la que integrantes de Guerreros Unidos creyeron estar siendo atacados por “los contras”, esto es, por integrantes de Los Rojos o de la Familia Michoacana; sin embargo, se trataba de los normalistas de Ayotzinapa. CJG

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