El caso parecía ser “uno más” en México: cuatro personas fueron asaltadas y secuestradas por sujetos armados en Matamoros, Tamaulipas, el pasado 3 de marzo y hasta ahora no han sido localizados.
El crimen había pasado inadvertido para el gobierno mexicano, pero al revelarse que se trata de ciudadanos estadounidenses, el país vecino utilizó todos los recursos diplomáticos para lograr su rescate.
“Este tipo de ataques son inaceptables”, dijo esta tarde Karine Jean-Pierre, vocera de la Casa Blanca,
al leer una declaración sobre lo ocurrido en Tamaulipas.
En el breve documento que leyó, afirmó que la policía estadounidense está en contacto con sus pares en México, mientras que los departamentos de Estado y Seguridad Nacional de su país estaban coordinándose con las autoridades mexicanas para el manejo de esta situación.
La Casa Blanca negó dar detalles sobre la identidad de las personas secuestradas, aunque adelantó que “continuaremos coordinando con México y presionándolos para llevar a los responsables ante la justicia”.
Pero Estados Unidos no está atendiendo el caso únicamente en su territorio. Ken Salazar, embajador estadounidense en México, dijo que “este es el papel más fundamental del gobierno”. Por este motivo, dio a conocer que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) está ofreciendo una recompensa de 50 mil dólares por la identificación y el arresto de los involucrados, además de que se encuentra trabajando en colaboración con las autoridades para investigar desde los vehículos usados hasta los perfiles y muestras biológicas de los probables sospechosos.
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El embajador también sostuvo una reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador, con el fin de acelerar la búsqueda de los estadounidenses desaparecidos. “No tenemos mayor prioridad que la seguridad de nuestros ciudadanos”, detalló.
A nivel estatal, Irving Barrios Mojica, fiscal general de Justicia de Tamaulipas, detalló que junto a las autoridades estadounidenses, ya se trabaja sobre la pista de dos vehículos, uno de ellos con placas de Carolina del Norte.
Sergio Chávez, secretario de Seguridad del estado, amplió la información con el hecho de que entre las pistas se encuentra una credencial y otros documentos encontrados al interior de dichos vehículos.
Mientras tanto, en el gobierno federal de México la información brindada por el presidente Andrés Manuel López Obrador fue escasa, y prácticamente, brindando poca certeza.
“Ya se está atendiendo, ya yo creo que se va a resolver, eso espero, pues, deseo”, dijo el Presidente en una de sus intervenciones finales en la mañanera de este lunes, en donde la única información nueva que proporcionó fue que se trataba de ciudadanos que cruzaron a México para comprar medicamentos.
De acuerdo con el presidente, en su viaje a México estas personas quedaron atrapadas en una confrontación entre grupos delincuenciales y fueron privadas de la libertad.
Pero las explicaciones no han sido suficientes, y hasta el momento se mantiene una alerta de viaje a esta entidad en Estados Unidos. “No viajen. Alentamos a los estadounidenses a prestar atención a este consejo”, pidió Ned Price, vocero del Departamento de Estado estadounidense.
Evidencia. El presidente Andrés Manuel López Obrador citó en su conferencia un documento en el que las propias autoridades de EU elogian la política antidrogas del gobierno mexicano.
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