“El fracaso nunca me supera si mi determinación de triunfar es lo suficientemente fuerte”.
Og Mandino
Nacieron conociendo las computadoras personales, los smartphones y redes sociales, además del internet y lo que la globalización de la información puede conllevar. Su principal enfoque ha sido cultivarse y dedicarse al estudio, confiando en que la prosperidad y el bienestar estarían estrechamente ligados a su desarrollo profesional, y no es que no sea así, pero han tenido que enfrentarse a diferentes preocupaciones y su mentalidad ha dado giros insospechados.
Diversas situaciones aquejan a este amplio sector poblacional, y no sólo en México, sino en todo el mundo. Han sido los únicos que de acuerdo a un estudio de la Fundación Friedrich Naumann y EsadeEcPol pueden ser llamados como la “generación de la doble crisis” ya que han enfrentado la financiera del 2008 y la del 2020 ocasionada por la pandemia.
Han tenido que desarrollar una resiliencia importante, no sólo están librando batallas contra preocupaciones financieras, sino que buscan mejorar e invertir en opciones ambientalmente sostenibles; pero una de las características más significativas radica en que, no unicamente han dedicado tiempo a su crecimiento espiritual, sino que han reconocido la importancia de la salud mental y de su tratamiento adecuado.
Por otro lado, en información presentada por la Encuesta Millennial y Gen Z de la auditoría Deloitte, las mayores preocupaciones de estos grupos etarios son: 1) inestabilidad política, económica y social, 2) realización personal, 3) sensación de influencia en su entorno, 4) flexibilidad laboral, 5) rechazo a las posiciones radicales y a aquellos líderes que toman posiciones controvertidas y 6) esperanza en la Generación Z.
Es probable que en diversos artículos, al compararlos con las generaciones que los anteceden, los millennials sean catalogados como un poco flojos, carentes de compromiso e incluso egoístas, ya que consideran los espacios laborales como algo que no debería interferir en su vida personal, privada y en sus tiempos de esparcimiento; separándolos de forma notable, lo que ha conllevado que este estigma se instale rápidamente en la concepción de muchos líderes empresariales.
Sin embargo, son colaborativos, innovadores y creativos, además de que en comparación con la generación X, se sienten cómodos con líderes que usan un lenguaje simple y directo; también con quienes buscan expresar sus opiniones con franqueza y pasión, y por supuesto, con aquellos que intentan acercarse a cualquiera que pueda sentirse desplazado o apartado.
Pero, ¿por qué son necesarios en el mundo profesional? De acuerdo con los datos de la encuesta mencionada anteriormente, para 2025 se estima que alrededor del 75 % de la fuerza laboral en el mundo pertenecerá a este sector. Su participación será significativa, ya que ellos no le temen al mutitasking o a vivir conectados, es decir, ya han comenzado a cambiar los paradigmas en cuanto a los recursos humanos y dudo que finalicen solo con estas transformaciones.
Es cierto que cada generación ha vivido y enfrentado sus propios contratiempos, no podemos negar que cada una ha estado marcada por momentos históricos que probablemente no se repitan, pero también es verdad que hoy los millennials y la generación Z comienzan a establecer un parteaguas en temas como: salud mental, sexualidad, sustentabilidad, recursos humanos, inversión del tiempo, entre otros, por lo que entenderlos y tenerlos de aliados puede hacer una gran diferencia en el futuro y en nuestro presente.
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