“Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo”. Sófocles
Es indudable que se ha ganado terreno en cuanto al aumento de la esperanza de vida, de acuerdo a datos de la Organización de las Naciones Unidas en menos de una década se pasó de un promedio de 52.5 años en 1960 a 72.8 en nuestra actualidad, a este ritmo se prevé que al menos una de cada seis personas tenga más de 65 años.
Desde hace tiempo diversos países se enfrentan a una situación, que con el paso de los años se ha hecho cada vez más evidente: el envejecimiento poblacional. La cuestión debe analizarse desde distintos ángulos, ya que no sólo se trata de un mundo cada vez más poblado por adultos mayores, sino las implicaciones de ello.
Al menos tres aspectos deben examinarse: 1) la cada vez más urgente inversión en programas sociales y de salud, 2) los riesgos en cuanto al crecimiento económico y las jubilaciones, y finalmente, tema que debe ser abordaré con posterioridad, 3) la disminución de las tasas de fecundidad.
De acuerdo a datos del informe “Viviremos hasta los 100 años: ¿Cómo podemos permitírnoslo?”presentado por el Foro Económico Mundial uno de los planteamientos más significativos radica enque el gasto en pensiones públicas irá erosionando gradualmente otros rubros del presupuesto; esta misma institución afirma que tan solo Francia e Italia en 2016 ya gastaban un 14 y 16% del PIB en pensiones anualmente.
Por su parte la ONU, en el Informe Social Mundial 2023 menciona que para 2050 se prevén alrededor de 1,600 millones de personas con 65 años o más, por lo que se tiene que replantear la protección social y ampliar mejoras en el sector salud, instando a los gobiernos a adoptar medidas concretas, además de que uno de los principales retos será mantener la sostenibilidad fiscal de los sistemas públicos de pensiones.
México también se encuentra haciendo mejoras en las políticas públicas, en información del INEGI, nuestro país cuenta con alrededor de 18 millones de personas con 60 años o más, lo que representa el 14% de la población; es por ello que el pasado martes 14 de marzo, el Senado aprobó una iniciativa que obliga a empresas a contratar a adultos mayores en el 5% de su plantilla cuando las éstas cuenten con más de 20 empleados, lo que impulsará a mejorar su calidad de vida y a la generación de empleos.
La cuestión es una paradoja intrincada, ya que, aunque el número de jóvenes ha crecido, también la cifra de quienes buscan no tener hijos, lo cual comienza a ser preocupante, incluso en el informe Perspectivas de la población Mundial 2022, se menciona queel nivel mundial de fecundidad disminuirá a 2 niños por mujer en 2050, y en algunos países caerá hasta 1.
Diversos factores han impulsado a los jóvenes a contemplar la vida en pareja, pero no con hijos, algunos son: la planificación familiar, la priorización del trabajo, la incertidumbre política, el incremento del costo de vida y el impacto ambiental generado; entre otros. Aunque se creyó en un ‘posible baby boom pandémico’ las cifras quedaron muy por debajo de lo esperado y la mayoría de las mujeres continúan optando por la no maternidad.
Aún quedan muchos puntos por abordar, sin embargo, es posible que el envejecimiento demográfico sea uno de los temas más importantes en la actualidad, las políticas tienen que ir encaminadas a dar nuevas respuestas, pero sobre todo, se deben replantear esquemas, porque los adultos mayores también pueden brindarnos respuestas innovadoras a un mundo mucho más cambiante.
*Analista en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
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