“El turismo es un sector horizontal e interconectado; nuestro éxito depende de la colaboración, es decir, darnos la mano unos a otros, compartir inteligencia y compartir experiencias”. Taleb Rifal
Esta es una de las áreas más importantes para nuestro país, sin embargo, al igual que en muchas otras naciones cuando el COVID-19 apareció el rubro comenzó a verse afectado: hoteles desiertos, reservaciones canceladas, playas con pocos visitantes y por supuesto una caída importante en la captación económica.
De acuerdo a datos del Banco Mundial una profunda disminución de los viajes internacionales provocó el año pasado una pérdida alrededor de 11 veces la cantidad que se registró durante la última crisis económica de 2009, además de que se pusieron en riesgo entre 100 y 120 millones de empleos en el sector.
El turismo es esencial para muchas naciones, por lo que su constante recuperación es una noticia alentadora, en información de la Organización Mundial del Turismo (UNWTO) las llegadas de turistas internacionales casi se triplicaron de enero a julio de 2022 (+172%) en comparación con el mismo periodo de 2021, lo cual significa que el sector se situó casi al 60% de los niveles anteriores a la pandemia.
Sin embargo, no solo se requiere incrementar el porcentaje con el que se contaba, sino que además se debe considerar que el aumento de las emisiones de CO2, el efecto invernadero, la desaparición de especies y el acrecentamiento de la contaminación han hecho que mundialmente se replantee el papel que desempeñamos ante una naturaleza cada vez más vulnerable.
Si bien esta área es un pilar crucial del desarrollo y el progreso; también se debe reconocer que los destinos y las empresas se deben mostrar mucho más proactivas a la hora de hacer frente a los retos y las responsabilidades en materia de sostenibilidad.
Ante una actualidad cambiante y globalizada es necesario que se planteen algunos cuestionamientos importantes: ¿cuál es el mejor camino del turismo?, ¿es posible que a través de éste se pueda preservar el medio ambiente?, ¿de qué forma la sustentabilidad puede ayudar a la inclusión y al crecimiento de comunidades? Y aunque las respuestas a estas y muchas más preguntas deben ser trazadas desde distintos ángulos, hoy, se podría afirmar que el turismo sostenible se ha convertido no solo en una tendencia, sino en una necesidad imperante.
México es una de las naciones líderes cuando de este importante rubro se trata, durante años el turismo ha sido uno de los ámbitos que más derrame económico y desarrollo han proporcionado, es por ello que el camino hacia un modelo respetuoso del medio ambiente es imprescindible; incluso la UNWTO emitió el documento una Visión para una recuperación responsable del turismo en México y América Latina en el cual se propone un marco de referencia para crear nuevas posibilidades que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de las personas y del planeta.
Viajar conlleva diversos beneficios: diversifica la economía, combate la pobreza, rompe barreras lingüísticas, raciales, religiosas y socioculturales, además, mejora la calidad de vida, pero sobre todo permite relajarnos y reorganizarnos de forma psicológica. Desafortunadamente, también deben analizarse los puntos negativos y trabajar en ellos.
Un modelo respetuoso incluye acciones como la reestructuración de la movilidad, la profesionalización de los sistemas de salud, la empatía con empleados, proveedores y sobre todo clientes, así como en la promoción de un turismo más responsable y comprometido; porque hoy el cuidado de la naturaleza es impostergable.
