“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel. La gente aprende a odiar. También se le puede enseñar a amar. El amor llega más naturalmente al corazón humano que lo contrario”. Nelson Mandela
En los últimos años hemos atravesado momentos complicados, hace poco en una conversación reflexionaba sobre la manera en la que el tejido social se ha quebrantado y la forma en la que el odio ha comenzado a permear en los distintos niveles sociales y económicos. Se ha observado un incremento de los discursos de odio, en el racismo y la xenofobia; durante el 2020 y el 2021 los casos de agresiones verbales y físicas contra minorías de origen asiático se dispararon, sobre todo por considerarlos “culpables” de la propagación del virus SARS-CoV-2.
Incluso Human Rights Watch mencionó que, en algunos casos, líderes gubernamentales y altos funcionarios han alentado directa o indirectamente los crímenes de odio mediante el uso de una retórica hostil. Varios partidos y grupos políticos, en países como Estados Unidos, el Reino Unido, Italia, España, Grecia, Francia y Alemania han aprovechado la crisis del COVID-19 para impulsar teorías de conspiración contra inmigrantes.
Este rechazo hacia el mestizaje, los refugiados y los extranjeros no es nuevo; durante décadas han existido teorías conspirativas nacionalistas, neonazis, o supremacistas, en 1995 el escritor estadounidense David Lane planteó una premisa que sostenía que elementos como las bajas tasas de fertilidad, la anticoncepción, el aborto y la inmigración eran medidas dirigidas hacia un genocidio de la raza blanca.
Por otro lado, en el año 2012 la Teoría del reemplazo comenzó a ser mencionada con más frecuencia; es atribuida al escritor francés y novelista Renaud Camus y en ella, en términos generales, se establece que se ha fomentado la inmigración y el matrimonio interracial de personas no blancas en los Estados Unidos y otros países occidentales con el objetivo de la eventual extinción de la raza blanca.
Durante los últimos años, esta teoría ha tenido cabida en noticiarios, comentarios de conductores e incluso de diversos líderes políticos, de acuerdo a datos del documento “El ‘gran reemplazo’ La teoría, explicada” publicado por el Foro Nacional de Inmigración con sede en Washington, en donde se tienen al menos tres vertientes identificadas: 1) La retórica de la invasión, 2) la sustitución de votantes y 3) el antisemitismo.
El tema debe ser considerado como grave, ya que al parecer algunos de los perpetradores de tiroteos han publicado manifiestos donde apoyan abiertamente el “supremacismo blanco” y respaldan la xenofobia. No podemos olvidar que el mes pasado la balacera desatada en Buffalo, New York, donde al menos diez personas afroamericanas perdieron la vida, ha tenido como catalizador una publicación por parte del autor de alrededor de 180 páginas donde en repetidas ocasiones habla sobre la teoría antes mencionada, racismo, extremismo y violencia.
En información de la Rand Corporation la Teoría del reemplazo está entrelazada en el tejido mismo de la sociedad estadounidense, lo que se hace aún más visible por el precipitado aumento de los delitos de odio en la actualidad.
La situación debe ser abordada desde distintos ángulos, pero con precisión, eliminando la desinformación y buscando en todo momento brindarle conocimientos certeros a la población, y sobre todo a los jóvenes, ya que, mucho de lo que se filtra a través de internet puede transformarse rápidamente en un discurso de odio, impulsar rencores guardados y promover acciones que han llevado a un incremento considerable de las agresiones.
