“No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo”. Proverbio inglés
El pasado martes 22 de marzo, se conmemoró el Día Mundial del Agua, esta fecha tiene como objetivo hacer consciencia sobre la crisis y la necesidad de buscar medidas para alcanzar uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible más importantes: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.
No podemos negar la influencia de este vital líquido en nuestra existencia, gracias a él se han generado teorías sobre el origen de la vida, se ha impulsado la agricultura, la ciencia e incluso nuestro propio cuerpo no podría vivir sin este elemento; y además se debe contemplar que el agua limpia, el saneamiento seguro y una buena higiene son necesarios para lograr resultados positivos en materia de salud.
Desafortunadamente, pese a su trascendencia el problema de la escasez y saneamiento del agua no es un tema nuevo, de acuerdo a datos del Banco Mundial en su publicación Lograr un mundo con seguridad hídricamenciona que una cuarta parte de la población mundial, alrededor de 2,000 millones de personas carecen de agua potable y aproximadamente la mitad 3,600 millones de personas no cuentan con saneamiento seguro.
Además, se informa que el daño al capital humano es asombroso; ya que, en 2019, las enfermedades diarreicas se clasificaron como la octava causa de muerte en el mundo, cobrándose 1,5 millones de vidas en todo el mundo, principalmente debido a la falta de agua y saneamiento.
Diversos estudios se han llevado a cabo, y muchas instituciones han dedicado importantes recursos para entender y detener la escasez de agua, uno de los más recientes se presentó el pasado 21 de marzo en la ceremonia de apertura del 9º Foro Mundial del Agua que se celebra en Dakar, Senegal; dicho trabajo tiene como título Aguas Subterráneas: Hacer visible el recurso invisibley se ha realizado con la finalidad de arrojar luz sobre la atención, funciones, retos y oportunidades de este recurso.
Incluso se menciona que las aguas subterráneas, las cuales constituyen aproximadamente el 99% de la totalidad del agua dulce en estado líquido y están repartidas por todo el planeta, si bien de forma desigual, tienen el potencial de proporcionar a las sociedades beneficios sociales, económicos y medioambientales, entre ellos la adaptación al cambio climático. Las aguas subterráneas de forma actual representan alrededor de la mitad del volumen de agua extraída para uso doméstico por la población mundial y cerca del 25% de toda el agua extraída para el riego.
El tema concierne a todos los actores públicos y privados alrededor del mundo, ya que a este ritmo (incluso lo he mencionado en artículos anteriores) las probabilidades de enfrentarnos a una guerra por agua son cada vez más palpables; el aumento demográfico, el incremento del efecto invernadero y las consecuencias del cambio climático han activado una bomba que de no detenerse causará cambios fundamentales para el mundo completo.
De lo anterior ya contamos con varios ejemplos, en información del World Resources Institute (WRI), Oriente Medio y el Norte de África son las zonas más afectadas del mundo por la escasez de agua, pero no son las únicas, no olvidemos las protestas que se desataron en Bolivia entre enero y abril del 2000, conocidas incluso como la Guerra del Agua. Estas manifestaciones se iniciaron en Cochabamba por la privatización del abastecimiento de agua potable municipal, lo que a su vez originó un incremento en las tarifas e incluso algunas familias se vieron obligadas a retirar a sus hijos de las escuelas o a dejar de visitar médicos como consecuencia de los precios del agua.
En nuestro país desde hace varios años también enfrentamos serios problemas con respecto a la distribución de agua, Estado como el de México y Nuevo León presentan cada vez más escasez del agua; además de que de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el año pasado, el 83.9% del territorio nacional sufrió sequías intensificadas desde marzo por la disminución en el porcentaje de lluvias. Además, varias entidades del país han registrado temperaturas superiores a los 40 grados, principalmente en las regiones normalmente húmedas de Campeche, Chiapas, Michoacán, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán.
Es más que justificado que se continúen realizando foros, estudios e investigaciones, No dejar a nadie atrás nombre del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019 emitido por la UNESCO, no debería ser solo un documento sino una meta, ya que debemos enfocarnos en la protección a los Derechos Humanos, la buena gobernanza, un diálogo con instituciones inclusivas, pero sobre todo, en políticas reales y desterrando un factor que deberá abordarse con más profundidad: la corrupción.