“Las diferencias no tienen la intención de separar, alienar. Somos diferentes precisamente para darnos cuenta de la necesidad que tenemos unas personas de otras”. Desmond Tutu
La semana pasada se estrenó Radical, película que expone varios de los temas más abrumadores de México: el asedio hacia la población por el crimen organizado, la violencia, la pobreza, las deficiencias en la educación y la escaza movilidad social; entre otros, tiene como protagonistas no sólo a los niños de comunidades marginadas, sino también a la esperanza y a los sueños, los cuales en muchas ocasiones han sido los factores que, indudablemente, han permitido que se alcancen algunas de aquellas ilusiones que nos sostienen cuando comenzamos a crecer.
Es una historia que además de internarte por diversas emociones, te deja con un nudo en la garganta y diversas preguntas: ¿soñar es suficiente?, ¿la realidad puede, además de superarnos, apoderarse de nosotros?, ¿hasta qué punto nuestras ilusiones son coartadas por el contexto que vivimos?
Las respuestas al igual que la situación en nuestro país es multifactorial, sin embargo, una de las condiciones que con el paso de los años no ha tenido mejoras considerables, sino que por el contrario se ha agravado es la casi nula movilidad social; porque más que fe se necesitan recursos, se requiere disminuir sustancialmente la corrupción y por supuesto, es indispensable repensar la educación.
Es innegable que en nuestro país las historias de superación imperan en la vida cotidiana, es más, en algunas ocasiones éstas han impulsado muchos cambios, e incluso posibilitan alejarnos poco a poco de aquel dicho popular de que “el pobre, es pobre porque quiere”; sin embargo, paralelamente también es necesario reconocer que las oportunidades por sí solas no son suficientes.
Es así que, de acuerdo con el Foro Económico Mundial la movilidad social en términos absolutos se define como la capacidad de un niño para experimentar una vida mejor que la de sus padres; esta misma institución publicó el Índice Global de Movilidad Social 2020donde Dinamarca, Noruega y Finlandia encabezaron los tres primeros lugares de la lista y nuestro país ocupó el sitio 58 de 82 economías; para México dentro de este estudio, algunas categorías aún son preocupantes, por ejemplo, se tiene un 18.4% de adultos jóvenes sin empleo ni formación, la proporción de alumnos por profesor sigue siendo elevada en los niveles preescolar, primario y secundaria, y el 42,5% de los niños no alcanza el nivel mínimo de competencia a los 10 años.
Ante lo anterior, debe ser admitido que uno de rubros más importantes como es la educación tiene que reinventarse, alejarse de la idea de que los alumnos al memorizar y repetir aprenden, erradicar los paradigmas y reconocer las nuevas tecnologías; incluso solucionar deficiencias elementales, y es que a pesar de todo el esfuerzo un amplio número de estados en México no cuentan con inmuebles adecuados, tienen deserción escolar, plantillas de docentes incompletas o que no han concluido los programas de capacitación, exceso de alumnos por docente, escasez de mobiliario básico, falta de sanitarios y sólo alrededor de 4 de cada 10 escuelas disponen con computadoras e internet.
Pero también, desafortunadamente, los alumnos tienen que invertir tiempos excesivos de traslado a sus instituciones, los niños y jóvenes en pobreza extrema abandonan los estudios por falta de dinero; entre otros graves conflictos. Existen contextos sobrecogedores de evadir, sobre todo para las niñas, niños y adolescentes, quizá soñar no es suficiente, aunque sí es fundamental.