“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.
Elie Wiesel
A pesar de que todavía queda mucho recorrido hasta lograr una verdadera erradicación de la violencia hacia la mujer, hoy sabemos que hacer visible la violencia, salir a las calles a exigir derechos, enfrentarse a los miedos arraigados durante generaciones, no quedarnos indiferentes ante las injusticias y tratar de ser lo más empáticos posible ante el abuso ha permitido que los cambios comiencen ha ser si no sustanciales sí mucho más palpables.
Hoy, todos los pasos son significativos, cualquier tipo de progreso es bienvenido porque el camino continúa siendo complicado y arduo; las cifras son aún preocupantes, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas, más de cinco mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su familia y tristemente, una de cada tres mujeres sufren violencia sexual o física al menos una vez a lo largo de sus vidas.
El tema por supuesto es multifactorial, y es que las agresiones hacia las mujeres no se tratan solo de golpes, sino también involucran el matrimonio infantil, conductas misóginas, la violencia psicológica, la emocional o la sexual, la preferencia por los hijos varones o las terribles mutilaciones femeninas que continúan practicándose en algunos lugares del mundo. Ya no puede creerse que la situación debe abordarse solo desde áreas como la justicia o la seguridad, sino que se debe pugnar por un cambio a nivel social, con nuevos liderazgos, que apuesten sin miedo a combatir las estructuras que hasta el momento han quedado obsoletas y que no guarden silencio por miedo a los persistentes estigmas sociales.
En una era donde la tecnología tiene la capacidad de derrumbar barreras y el intercambio de información juega un papel decisivo, el pasado mes de mayo se llevó a cabo el evento “Diálogo: Mujeres de América por los derechos y el bienestar” en el que participaron Ernestina Godoy, fiscal de la Ciudad de México, Ana María Salazar, ex subsecretaria adjunta del Pentágono, Francia Márquez Mina, vicepresidenta de Colombia, María José Bueno, directora del diario El País y Claudia Sheinbaum Pardo, hoy Precandidata presidencial por la coalición MORENA-PT-PVEM, entre otras.
Muchos temas fueron abordados, sin embargo, quedó claro que uno de los elementos con mayor injerencia para cambiar la dura realidad que enfrentamos es la inversión en programas de prevención y atención, sin embargo, ONU Mujeres afirma que incluso a pesar de que es notable la necesidad de recursos se estima alarmantemente que tan solo un 5% de la ayuda gubernamental mundial va destinada a la violencia de género y se invierte menos del 0.2% en su prevención.
Por desgracia, América Latina es la región más violenta del mundo para ser mujer, y México presenta niveles alarmantes de feminicidios y agresiones, que, tristemente, siguen silenciadas por un sistema que facilita la impunidad de los perpetradores, la estigmatización social y la vergüenza que sufren las víctimas.
El próximo 25 de noviembre será una fecha relevante; estoy convencido que la sororidad ha incrementado y seguirá así, pero no podemos negar que todavía quedan un sin número de acciones a realizar, creencias y actitudes que se deben cambiar, miedos a los que hay que hacer frente y estigmas que hay que erradicar, los cuales tienen que ver con una deconstrucción social, pero sobre todo con las ideas patriarcales que hasta el momento aún perduran.
*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
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