“Para mí la unidad es siempre superior al conflicto, es mejor que la enemistad, que las distancias. (…) Los puentes son mejores que los muros.” Papa Francisco
Han pasado casi cuatro meses desde que inició este año, y la batalla contra el COVID-19 continúa dejado extenuado al personal médico, desgastó instituciones e incluso ha cambiado los paradigmas con respecto a nuestra forma de relacionarnos y la distribución en los espacios laborales.
Sin embargo, pese al cierre del 2021 marcado con el aumento de casos por la variante Ómicron, es probable que este 2022 se iniciara con ideas optimistas aunadas a la poderosa convicción de que la situación global mejoraría. Los casos han disminuido y poco a poco el mundo ha comenzado una “nueva normalidad” pero no se pueden perder de vista algunas amenazas importantes.
De acuerdo al Reporte de Riesgos Mundial 2022 basado en la opinión de alrededor de 1,000 expertos y líderes, publicado por el Foro Económico Mundial; el fallo de la acción climática, los fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas fueron consideradas las tres amenazas más significativas. Para completar el top seis, hay que anexar la erosión de la cohesión social, las crisis de los medios de subsistencia y las enfermedades infecciosas.
Contrario a lo que podría creerse y a pesar del esfuerzo de líderes e instituciones alrededor del mundo, en este reporte el fracaso de la acción climática es considerado como el peligro más crítico para el mundo tanto a mediano como a largo plazo, además es catalogado como el que tiene el mayor potencial para dañar gravemente a sociedades, economías y al planeta.
Todo se encuentra conectado; por lo que la crisis de desempleo y la caída del PIB prevista, inciden directamente en la disminución de acciones certeras para detener o revertir el efecto invernadero y sus graves consecuencias. El cuidado del planeta se ha posicionado como una de las situaciones más alarmantes, ocupando cinco de los diez riesgos más importantes, por lo que repensar las acciones no solo es necesario sino imperativo.
Por otro lado, los resultados han mostrado un sentimiento poco favorable sobre la situación mundial, un amplio porcentaje de los encuestados se describen como preocupados e inquietos 23% y 61.2% respectivamente, solo un 12.1% se define como positivo y un 3.7% como optimista.
Aunque si bien es cierto que año con año las amenazas cambian de posición, muchos de los riesgos han permanecido latentes; este 2022 el análisis se reformó incorporando seis nuevas percepciones, donde el punto de: Gobernanza mundial, riesgos internacionales-esfuerzos de mitigación, se convierte en un tema significativo ya que en él se estudian los logros y áreas de oportunidad para que la cooperación mundial rinda los resultados esperados.
Es así que, cuestiones como: la Inteligencia Artificial, la explotación del espacio y los ciberataques y la desinformación figuran en los tres primeros lugares con mayor porcentaje de acciones no realizadas, por lo que su identificación ayuda para que no pasen desapercibidos y se puedan tomar acciones para mitigar situaciones futuras de seguridad.
El Reporte nos permite tomar consciencia sobre aquello que se ha realizado, mejorar procedimientos e implementar nuevos, pero también nos brinda la oportunidad de reconocer aquellos tópicos en los que no hemos puestos suficiente atención, pero sobre todo, reconocer que aislados no podremos lograrlo, que la cooperación es vital para recuperarnos, no solo como naciones sino como humanidad.