Especial
Juan Carlos Rodríguez
La corrupción que caracterizó a la administración del gobernador con licencia Javier Duarte impactó al ámbito académico. La Universidad Veracruzana tiene el récord de ser la única casa de estudios que presenta anomalías en 100% de los recursos que le son transferidos por la Federación.
Por ejemplo, no se sabe dónde quedaron los 46.7 millones que le fueron transferidos en 2014 para mejorar la enseñanza. “La Secretaría de Finanzas del gobierno del estado de Veracruz no transfirió los recursos del Fondo para Elevar la Calidad de la Educación Superior a la Universidad Veracruzana, ni fueron reintegrados a la Tesorería de la Federación”, dictaminó la ASF.
La institución que encabeza Sara Ladrón de Guevara tampoco sabe dónde fueron a parar los 10.2 millones de pesos que debían ser destinados a ampliar la cobertura educativa. “La Secretaría de Finanzas del gobierno del estado de Veracruz no transfirió los recursos, ni fueron reintegrados a la Tesorería de la Federación”, insistió el órgano fiscalizador.
Respecto a los 3.8 millones de pesos provenientes del programa Apoyos para Saneamiento Financiero y la Atención a Problemas Estructurales de las Universidades públicas, la auditoría determinó que “la Secretaría de Finanzas de Veracruz no abrió una cuenta bancaria específica para la recepción y administración de los recursos del programa”, por lo que no se sabe el paradero del dinero.
Otra de las casas de estudios que presenta pérdidas millonarias en su contabilidad es la Universidad Autónoma de Guanajuato, que dirige Luis Felipe Guerrero Agripino, que no ha explicado dónde quedaron 148.9 millones de pesos del subsidio federal para las universidades.