Cuba identificó hasta este martes 50 cadáveres de los 111 que provocó el accidente aéreo del pasado viernes, entre ellos los del piloto, el copiloto y otros dos miembros de la tripulación mexicana de la aeronave. “Puedo informar que tenemos 50 cuerpos identificados” hasta este martes, entre ellos cuatro de los seis miembros de “la tripulación mexicana”, informó el director del Instituto de Medicina Legal, Sergio Rabell, en conferencia de prensa. Según el documento leído por Rabell, los mexicanos identificados son: Ángel Luis Nuez Santos, de 53 años y piloto del avión (en la lista oficial proporcionada por la compañía aérea el nombre corresponde a Jorge Luis Núñez Santos); Miguel Ángel Arreola Ramírez (40, copiloto), Marco Antonio López Pérez (30, técnico en mantenimiento) y Guadalupe Beatriz Limón García (25, sobrecargo primera). Rabell explicó que en el caso del piloto y el copiloto se les practicó la autopsia y el resto de los exámenes que exige el protocolo de aviación, y que “los resultados ya están en manos de los peritos”. De los seis miembros de la tripulación mexicana del Boeing 737-200, que se estrelló el pasado viernes tras despegar desde el aeropuerto internacional de La Habana con destino a Holguín (este), quedarían por identificar dos azafatas. También faltarían por reconocer los cadáveres de otros cuatro extranjeros: dos esposos argentinos, una turista mexicana y uno de los dos saharauis que viajaban a bordo -el otro ya fue identificado-, así como los de medio centenar de cubanos. El embajador de México en Cuba, Enrique Martínez y Martínez, explicó a la prensa que los cadáveres de sus compatriotas serán entregados “lo más pronto posible” a sus familiares, que están en la isla desde el pasado sábado. “Lo más importante para nosotros es que la familia que quedó en México, sus hijos, sus hermanos, sus padres, pues ya estén con sus seres queridos allá, y que se les pueda dar cristiana sepultura lo más pronto posible”, dijo el embajador. El diplomático confirmó que “técnicos e investigadores” de su país participan en la investigación que Cuba lleva adelante para esclarecer las causas del desastre. La nave, fabricada en 1979, estaba en uso de la estatal Cubana de Aviación y pertenecía a la empresa mexicana Damojh (Global Air). Las autoridades aeronáuticas mexicanas suspendieron temporalmente las operaciones de la compañía para revisar las medidas de seguridad de sus naves. En tanto, dos de las tres cubanas que sobrevivieron en primera instancia al accidente -la tercera falleció el lunes- continúan luchando por la vida en un hospital de La Habana, reportadas en “estado crítico extremo, con alto riesgo de complicaciones”.