El debate sobre el uso de la tecnología se ha tenido desde hace décadas. Cuando apareció la fotografía en la década de 1830 se dijo que reemplazaría a paisajistas y retratistas; mientras que actualmente, a casi 200 años de distancia, algunas personas ven en la Inteligencia Artificial una amenaza para creadores de texto, imágenes y hasta música.
La irrupción de los ChatGPT, capaces de producir textos que simulan la redacción humana, y de programas como DALL-E, los cuales crean imágenes, han causado incertidumbre en varios sectores de la sociedad.
Y es que estos softwares solo requieren de una serie de datos para generar contenidos. Si bien es necesario que un humano introduzca dicha información, los detractores resaltan el hecho de que en un futuro se podrían automatizar ciertos trabajos en detrimento de personas que se quedarían sin trabajo.
Un ejemplo de la inconformidad que este tipo de tecnología ha generado es el ocurrido en Estados Unidos en enero pasado. Los artistas visuales Kelly McKernan, Sarah Andersen y Karla Ortiz denunciaron ante un tribunal de San Francisco, California, a compañías de inteligencia artificial como Stability AI (desarrolladora de ChatGPT y DALL-E) por violar las leyes de propiedad intelectual, publicidad y competencia.
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Los creadores argumentaron que dichas empresas utilizan obras protegidas (incluidas algunas de ellos); esto para diseñar los programas que se emplean en los softwares que ha lanzado al mercado.
Aquí es cuando entra el tema de los derechos de autor. Y es que al valerse de imágenes con licencia y otros materiales y creaciones protegidos, las empresas de Inteligencia Artificial podrían estar incurriendo en la violación de dichos derechos.
Getty Images es otro ejemplo. La agencia de fotografía también procedió legalmente contra la compañía Stable Diffusion, generadora de imágenes a partir de software.
En contraparte, hay otros creadores y artistas que no ven en la Inteligencia Artificial un riesgo. Como el grupo de música electrónica Nortec Bostich+Fussible, el cual ha declarado que ven en esta tecnología “una oportunidad”.
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La agrupación de música electrónica originaria de Tijuana refirió: “La IA creo que es una amenaza cuando no hay creatividad, cuando quieres tomar esas herramientas para salir delante de tus proyectos”, expresó Ramón Amezcua, mejor conocido como Bostich, en entrevista con Excélsior.
Dentro de la misma industria musical hay otro ejemplo de respaldo. Paul McCartney se valió de dicha tecnología para “sacar” la voz del difunto John Lennon para usarla en una canción inédita de The Beatles que está por ser lanzada.
De esta forma se ha ido alimentando la polémica y el debate en torno al uso de la Inteligencia Artificial a lo largo del mundo. Mientras unos celebran el desarrollo cada vez más avanzado; aseguran que es algo que ha pasado desde hace siglos, otros reprueban las cada vez mayores habilidades de robots y softwares, por lo que exigen una regulación de su uso.
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