Hungría sigue en manos de extrema derecha; preocupa Europa

5 de Noviembre de 2024

Hungría sigue en manos de extrema derecha; preocupa Europa

FOTO: AFP

Las posiciones antimigratorias y antieuropas del líder Viktor Orban asustan a Bruselas, que denuncia tendencias autoritarias

El dirigente soberanista Viktor Orban obtuvo una contundente victoria en las elecciones legislativas en Hungría y dispondrá de un tercer mandato para continuar su centralización de poderes y seguir enfrentándose con la Unión Europea. El éxito del dirigente más controvertido de Europa no dejó lugar a dudas. Según resultados casi definitivos, el partido Alianza de los Jóvenes Demócratas (Fidesz) que fundó en 1988, obtuvo 48.8% de los votos, mejorando los resultados obtenidos hace cuatro años. Aventajó por casi 30 puntos al movimiento de la extrema derecha Jobbik, que abandonó la retórica xenófoba frente a las aspiraciones nacionalistas del gobierno. Con una creciente movilización de votantes (69.2%), el primer ministro obtendrá 133 escaños de los 199 en el parlamento húngaro, lo que significa una “súper mayoría” de dos tercios, como en 2010 y 2014, lo que le permitirá avanzar en cambios constitucionales. “Es una victoria histórica que nos ofrece la posibilidad de continuar defendiéndonos y de defender Hungría”, declaró el dirigente de 54 años ante una multitud de simpatizantes reunidos a orillas del Danubio y vestidos de naranja, el color de su partido. Orban ganó con un discurso contra “la invasión migratoria”, el multiculturalismo y la supuesta injerencia de la UE. Encarna así a una derecha europea sin complejos que desafía a una parte de los estados miembros del bloque que le reprochan su falta de solidaridad con la acogida de refugiados. Al frente de un país de menos de 10 millones de habitantes, Viktor Orban es un modelo para los grupos de derecha identitaria en el continente, que rechazan la globalización homogeneizadora y promueven la preservación de los pueblos y sus culturas. Estos movimientos vieron en la reelección en Hungría un nuevo símbolo de las líneas de fractura que atraviesan la Unión Europea.

“La inversión de los valores y la inmigración masiva defendidos por la UE han sido rechazados de nuevo”, tuiteó la líder del partido de ultraderecha francés Frente Nacional, Marine Le Pen, que se sumó a las felicitaciones del líder de la oposición holandesa, el diputado anti-islamista Geert Wilders, visitante regular de Viktor Orban en Budapest. Admirado por las derechas populistas europeas, criticado por quienes lo acusan de deriva autoritaria, el primer ministro húngaro, había expresado su deseo de hacer “irreversibles” las transformaciones que impulsó desde su retorno al poder en 2010, tras un primer mandato de 1998 a 2002.

Quebradero de cabeza para EU

La reacción de la Comisión Europea resume el ambiente en Bruselas: al anunciar que su presidente Jean-Claude Juncker felicitaría en las próximas horas a Orban, el portavoz aprovechó para recordar que la Unión Europea es una unión de “democracias”.

La Comisión piensa que la defensa de estos valores y de estos principios es un deber común de todos los Estados miembros sin excepción”, agregó Margaritis Schinas, máxime cuando Bruselas tiene en su punto de mira la Hungría de Orban.

La Comisión lanzó un aluvión de acciones legales contra Budapest ante el Tribunal de Justicia de la UE por su negativa a acoger refugiados y por sus controvertidas leyes que, a juicio de sus detractores, tienen como objetivo al magnate estadounidense George Soros. Sin embargo, el dirigente nacionalista conservador húngaro, a quien algunos acusan de llevar a cabo una deriva autoritaria, se mantuvo desafiante ante las críticas y las acciones legales de Bruselas. El bloque se enfrenta así al reto de intentar engatusarlo u obligarlo a cooperar. (Con información de AFP) FR