Leasly Campa Raymundo deseaba formar parte de la carrera espacial. Entre los sacrificios de sus padres y el suyo por estudiar y mantener un nivel competitivo, la joven de 20 años no esperaba que sería en la misma casa de estudios donde encontraría el principal obstáculo para materializar sus aspiraciones: la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Han pasado casi dos meses desde que la pantera negra de la Autónoma Metropolitana dejó de rugir y 11 años desde la última huelga de la casa de estudios, la más larga de las 17 que se han registrado y que rompió el récord con 64 días.
El caso de Leasly no es muy diferente al de los más de 60 mil alumnos de la UAM, aunque en ella hay una particularidad por ser egresada de la especialidad de ciencias exactas en esa universidad, y es que estaba a un paso de lograr su estancia de investigación en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) hasta que hace 50 días estalló en huelga.
Además, con la huelga se canceló la fecha de su examen de pregrado para el doctorado junto con su proyecto de investigación en la NASA.
“No me gusta ser parte de la generación que se fue a huelga”, expresó Campa Raymundo al advertir los riesgos que implicaría no ser contratada por la imagen que se le da a la UAM.”
“Lo que se pelea no es porque se recuperen las clases, sino porque se pierden oportunidades”, sostiene Campa Raymundo, quien también es catedrática del campus Iztapalapa de la UAM.
Entre los afectados, también está Mauricio Morales Morales, estudiante del décimo trimestre de la licenciatura en Sociología, quien el año pasado fue representante de los alumnos de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la unidad Azcapotzalco y tuvo como misión organizar un foro de humanidades en la UAM con la participación ya confirmada de una decena de universidades.
El universitario, que estaría próximo a graduarse a mediados de este año, explicó que la situación de la universidad es insostenible a causa de la desigualdad, con autoridades que perciben salarios onerosos en la institución.
¿El reclamo y la solución? La reducción de los sueldos de aquellos funcionarios que perciben 100 mil pesos mensuales o más, para así generar ahorros y equilibrar los ingresos de la casa de estudios.
Para Morales Morales, el gobierno federal generó expectativas con la política de austeridad de reducir el salario de altos mandos con lo que se podría mejorar el ingreso de personal medio.
Y es que “en todos los niveles los trabajadores se capacitan para desempeñar sus cargos, pero para ser funcionarios no, eso es la meritocracia”, mencionó.
Entre la marea de voces del estudiantado, los de Química, Medicina y Odontología revelaron que se vieron forzados a abandonar sus laboratorios, dejando que los avances en las investigaciones se perdieran. En otros casos, pacientes de la clínica estomatológica, que atiende a personas con bajos recursos con padecimientos bucales, debieron buscar otras alternativas para continuar con sus respectivos tratamientos.
En la página web de la UAM se exhorta a los miembros de la comunidad universitaria a denunciar cualquier acto de corrupción, pero “no procederán las acusaciones anónimas”.
“En todos los niveles los trabajadores se capacitan para desempeñar sus cargos, pero para ser funcionarios no, eso es la meritocracia”
Mauricio Morales Morales, estudiante de la UAM
Acciones y comunidad
Al acercarse a 50 días de paro en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), las afectaciones se cuentan por decenas, entre ellas se organizó un foro nacional de académicos y estudiantes de sociología a celebrarse a inicios de marzo, evento que tuvo que cancelarse y ser suspendido de manera indefinida, pese a que ya se contaba con la participación confirmada de 10 universidades que asistirían a la UAM.
La huelga en la UAM inició el 1 de febrero. El sindicato es un híbrido entre personal administrativo y académico (aunque de este sector no están todos representados), cuyos 250 delegados en los cinco planteles y la rectoría, se manifestaron por el paro de labores en 50.8% de ellos, el resto votó en contra.
La petición se encamina al aumento de 20% al salario, sin embargo, de acuerdo con el contrato colectivo de trabajo 2018-2020, se estipuló que el incremento al salario de los trabajadores sería en 3.40 por ciento.
La comunidad estudiantil llenaría seis veces el Auditorio Nacional o un Foro Sol con cerca de 60 mil alumnos estudiantes de licenciatura y posgrado.
Proyectos académicos y de vida son obstruidos: desde el proceso de selección para nuevo ingreso en la que un promedio de 93 mil egresados de educación media superior ven en la UAM la oportunidad de continuar sus estudios universitarios, y hasta el proceso suspendido de titulación para aspirar a empleos.
La página de transparencia de la UAM revela que mientras los salarios más bajos oscilan en tres mil pesos como los ayudantes de académico, auxiliar de lavandería y peón agrícola; el rector obtenía en 2018, 129 mil pesos mensuales y el secretario general, 101 mil.