A un mes de anunciar que renunciaba a su puesto de directora de comunicación, Hope Hicks dejó este jueves la Casa Blanca, dejando esa tarea en manos del presidente Donald Trump, mientras consigue sustituto. Conocida como “hija adoptiva” y la asesora más veterana del Presidente estadounidense, se despidió de Trump y juntos salieron del Despacho Oval y saludaron a los periodistas. “Hope fue una tremenda líder para nuestro equipo”, dio Lindsay Walters, una portavoz de la Casa Blanca. Hicks reconoció ante un comité del Congreso que investiga la trama rusa, que había dicho “mentiras piadosas” para favorecer al magnate, y un día después anunció su renuncia. Donald Trump se queda sin una de las figuras en las que confía verdaderamente, luego de que en septiembre abandonara también su cargo su exguardespaldas, luego convertido en asesor, Keith Schiller. Según informes de prensa, Trump aún no tiene sustituto para Hicks y parece no tener prisa por encontrarlo, dado que confía en su propia capacidad para transmitir el mensaje que quiere, sobre todo, a través de redes sociales.