Heroína: Negocio millonario de muerte

4 de Diciembre de 2024

Heroína: Negocio millonario de muerte

amapola
Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

En EU los consumidores se triplicaron en 7 años; en México la violencia creció por el control del mercado

El incremento en la demanda de opioides por parte de Estados Unidos ha afectado severamente a México, creando a una ruptura del orden en las zonas rurales del país, así como propiciando el surgimiento de nuevos grupos criminales que buscan beneficiarse de este negocio millonario. Según un artículo publicado por The Washington Post, México aporta más del 90 por ciento de la heroína de EU; un importante incremento con respecto a 2003, cuando exportaba menos del 10 por ciento de esta droga y Colombia era el principal proveedor. La producción de opio en México está en auge, impulsada por la demanda estadunidense. El número de norteamericanos que consumen heroína casi se triplicó a 435 mil entre 2007 y 2014, según un informe de la Drug Enforcement Administration (DEA) del año pasado. La producción de amapolas ha crecido alrededor de un 800 por ciento en una década; en 2005, los agricultores mexicanos plantaron cerca de tres mil hectáreas de amapolas, una década más tarde, ese número creció hasta 28 mil, según las últimas cifras de las Naciones Unidas. El estado de Guerrero es el centro de este negocio, produciendo más de la mitad de las amapolas de opio de México, el ingrediente base para la heroína. La heroína por kilo, es más lucrativa que la cocaína, y más fácil de transportar a través de la frontera. A diferencia de la cocaína, que se origina en América del Sur y es movida por los cárteles mexicanos extendidos, la heroína se hace en México. Con la desaceleración del negocio de la marihuana a medida que EU permite una mayor producción, la heroína se ha vuelto aún más importante para el financiamiento de los cárteles, por lo que pequeñas bandas de narcotraficantes, a veces sólo un puñado de amigos o parientes, han surgido para competir por los beneficios. Guerrero ha producido marihuana y amapolas durante décadas, pero antes solo existía un cártel principal en el estado sobornando a las autoridades y moviendo drogas. Sin embargo, el creciente negocio de la heroína ha alentado el surgimiento de nuevas bandas de traficantes, lo que a su vez ha provocado el surgimiento de milicias ciudadanas. Hace aproximadamente una década, un cartel de la droga controlaba a Guerrero: Los Beltrán Leyva. En la actualidad, hay por lo menos una docena de bandas de drogas que compiten en el estado. Uno de los cárteles más fuertes en Tierra Caliente es La Familia Michoacana; su líder es Johnny Hurtado Olascoaga, conocido como El Pez, y su base de operaciones es Arcelia, una ciudad de la región. En 2012, uno de sus pistoleros, llamado Raybel Jacobo de Almonte, Alias El Tequilero, se separó y formó su propio grupo criminal, con sede en las afueras de San Miguel Totolapan, a unos 15 kilómetros de distancia. Los jefes de los principales cárteles en el territorio de Tierra Caliente, El Tequilero y El Pez gobiernan la región, viviendo una guerra entre sí y los grupos de autodefensas que se han levantado contra ellos. Los residentes son secuestrados en grupos. Los cadáveres torturados son desechados en el valle, dejados para quemar en el pavimento caliente. Guerrero se ha convertido en el estado más violento de México, con más de 2 mil 200 asesinatos el año pasado. El último hombre que fue secuestrado en San Miguel Totolapan, el último de unas 200 víctimas estimadas, fue Isauro de Paz Duque, dueño de una compañía de construcción de 37 años de edad, que fue privado de su libertad por hombres armados. El hombre de negocios había sido tomado por los hombres de El Tequilero, que habían aterrorizado a la ciudad de unos tres mil habitantes durante años con secuestros y asesinatos. Enfurecidos por la toma de De Paz, los residentes formaron una milicia, el Movimiento por la Paz; los cuales tomaron como rehenes a unas 20 personas, entre ellas la madre de El Tequilero. En cuestión de días, habían intercambiado sus prisioneros por De Paz y otros que habían sido secuestrados. Las autodefensas tomaron el control de la seguridad pública, levantando puestos de control fortificados en las entradas de la ciudad y construyendo fortalezas en las colinas. Los residentes empezaron a regresar a la ciudad. Pero algunos señalaron que El Pez, era quien financiaba y armaba a esta milicia. A principios de mayo, miembros del Movimiento por la Paz, llegaron a La Gavia y exigieron que los residentes entregaran al Tequilero. Los hombres de El Pez, los sospechosos aliados de la autodefensa, llegaron a la mañana siguiente; según las autoridades. Una enfrentamiento entre partidarios de los dos cárteles hizo estragos durante horas, dejando un saldo de ocho personas muertas. Tres días después, cientos de soldados y policías del estado arribaron a San Miguel Totolapan para desarmar a los civiles; pero los residentes tenían poca confianza en el gobierno. Pobladores salieron a protestar a las calles incendiando camiones y neumáticos y arrojando piedras a las autoridades, quienes respondieron con gases lacrimógenos. El ejército ha conseguido mantener el control de la ciudad, pero El Pez y El Tequilero siguen en libertad. Y en la región de Tierra Caliente, la heroína que alimenta la violencia continúa su camino hacia el norte (Con información de The Washington Post). MR