Cada día el personal de zona cero se prepara con su equipo de entre cinco o siente personas. Uno de los líderes de grupo ha establecido reglas muy estrictas para la jornada de trabajo, para no infectarse y poder salvar a la mayor cantidad de pacientes posibles, ante la falta de insumos y de personal para cuidados críticos.
Primero, el personal debe colocarse el equipo de protección en parejas, para cuidar que ningún espacio quede expuesto al virus. Todos dejan fuera celulares y deben saber que no se podrá salir a descansar, comer o ir al baño en las siguientes ocho o 12 horas. Al terminar la jornada, también en parejas deberán quitarse la ropa quirúrgica para supervisar que no haya una exposición al nuevo coronavirus.
Todo esto para evitar que más personal de salud enfermen, porque hasta el 14 de junio sumaban, a nivel federal, 32 mil 388 infectados por Covid-19.
“La razón de tantos infectados es que no hay protocolos ni espacios de seguridad, además todos los días tenemos que improvisar ante la falta de recursos para atender a pacientes y nos colocamos en riesgo”, sostuvo un médico que lidera uno de los equipos que trabaja en zona cero en uno de los nosocomios más grandes de la Ciudad de México.
Para atender a pacientes, el sistema de salud planteó la integración de equipos de trabajo con un líder con especialidad en neumología, infectología, internistas o intensivista. Con ellos deben trabajar, anestesiólogos, residentes, personal de enfermería y radiología, por ejemplo.
De este tipo de equipos, que operan en todo el país, sólo el líder del grupo es el único entrenado, por sus cuatro años de estudio, para intubar y manejar los ventiladores. Sólo que atiende, al mismo tiempo, entre siete y 12 pacientes por turno; y los fines de semana ese número de enfermos se duplica o triplica por la disminución de personal.
“En medicina interna estamos uno por turno tres veces a la semana para ver en promedio 40 pacientes”, relató otro de los galenos de un hospital general del IMSS.
El personal técnico, como radiólogos sólo hay uno o dos por turno, para dar servicio a las áreas críticas, de terapia intermedia y de aislamiento.
En los tres hospitales consultados por ejencentral, los jefes de grupo en zonas cero coincidieron en que camas tienen entre el 70 al 80% ocupado, pero el problema es que continúan sin ventiladores, monitores o bombas de infusión, por ejemplo. Y la existencia de insumos básicos es intermitente: relajantes musculares, sedantes, y vasopresores.
“Pueden existir cientos de camas, pero si no hay anestesiólogo, si no han internista o neumólogo, por ejemplo, no se puede atender al paciente como debe ser. El paciente Covid es complejo, presenta condiciones atípicas.
“Yo nunca había visto el deterioro tan rápido de pacientes aún sin otras enfermedades clásicas como diabetes o hipertensión, causada por un virus respiratorio”, explicó otro de los especialistas consultados por este periódico.
Para el 18 de junio pasado había una capacidad total de ocho mil 533 camas críticas. El porcentaje de ocupación aumentó 13.8% desde el 1 de junio a nivel nacional.
Para definir el color del semáforo, coincidieron los médicos consultados, debería ser la cantidad de especialistas, el número real de ventiladores y tener los medicamentos.