Hasta sindicatos 'explotan' a jornaleros

15 de Enero de 2025

Hasta sindicatos ‘explotan’ a jornaleros

Trabajadores pagan cuotas mensuales y no son representados ni sus derechos defendidos

GABRIELA RIVERA | @gAbS_07

Los jornaleros agrícolas pagan dos pesos al mes de cuotas sindicales, aunque ninguno de los sindicatos los represente o defienda sus derechos. Este pago llega a representar 168 mil pesos mensuales en un campo de cuatro mil trabajadores.

“Si uno hace cuentas de esos dos pesos que les descuentan, veíamos que alrededor de 4 mil trabajadores, en un mes para un campo agrícola representa 168 mil pesos de afiliación y representación sindical que no conocen, que ante una situación problemática, no hay por lo menos quien sea el que avale la problemática que ellos están enfrentando”, denunció Margarita Nemecio, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.

En conferencia de prensa, señaló que organizaciones como Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) descuentan un porcentaje del sueldo de los trabajadores agrícolas, bajo al argumento de representación sindical.

Sin embargo, los jornaleros refieren que ninguno de ellos defiende sus derechos laborales o la ayuda en situaciones de explotación, con los bajos salarios, las 15 horas diarias que están en la pizca bajo el sol o por el trabajo infantil en los campos. “Cuando tienen alguna demanda nunca abogan por ellos”, afirmó Nemecio.

Cifras de la Red de Jornaleros Internos señaló que nueve de cada 10 trabajadores no tiene un contrato con la empresa agrícola que los contrata para la firma. No obstante, en cada campo que trabajan –en cualquier parte del país-, el patrón les descuenta los dos pesos mensuales de la cuota sindical.

Antonieta Barrón, investigadora de la Facultad de Economía dijo que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPyS) está al tanto de esta situación y sabe lo que ganan los sindicatos con las cuotas, pero no hacen nada al respecto.

REGRESO AL SIGLO XIX

A pesar de la representación sindical, los trabajadores viven en condiciones similares a las del siglo XIX durante el Porfiriato.

Tanto Nemecio como Barrón señalaron que en los campos todavía existe la tienda de raya, en la que los trabajadores se endeudan hasta por mil 500 pesos mensuales.

Estas tiendas son el máximo exponente de la explotación. Todos los saben, pero nadie hace nada, apuntó Barrón.

Aunado a eso, los trabajadores siguen trabajando a destajo hasta cumplir con cuotas excesivas, como cosechar 30 kilos de chile en una sola jornada por 20 pesos o recolectar 800 kilos de tomate para conseguir 110 pesos por el día de trabajo.

Nemecio apuntó que en desde 2007 a la fecha 41 niños perdieron la vida. De ese total, 23 eran niñas, 26 niños y dos adolescentes, ocurridas en Guanajuato, Michoacán, Sonora, Zacatecas, Sinaloa, Jalisco, San Luis Potosí y Chihuahua.

Los representantes del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, del Centro de Desarrollo Indígena de Loyola, de Respuesta Alternativa, de Voces Mesoamericanas y de Tlachinollan subrayaron que estas condiciones de trabajo son un estado de esclavitud

GOBIERNO SÓLO SIMULA

Pese a que las situaciones de los jornaleros no son nuevas, e incluso los jornaleros de San Quintin, Baja California, se fueron a paro de labores, al gobierno federal no le interesa la situación en la que viven los trabajadores del campo, aseguró Ezequiel Rosales, miembro del comité nacional del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB).

“Son distractores, todo es mediático. En el caso de los jornaleros rarámuris (rescatados de un campo en San Quintín en febrero pasado) no dijeron a dónde los llevaron, qué hicieron con ellos o si les ofrecieron otro trabajo”, dijo Rosales en entrevista con EJE CENTRAL.

Añadió que los legisladores tampoco están haciendo su trabajo, ya que ninguno de ellos se pronunció sobre la situación o está trabajando en la modificación de la Ley Federal del Trabajo para mejorar las condiciones laborales de los jornaleros.

En medio de la indiferencia del gobierno, algunos de los trabajadores de San Quintín ya tuvieron que regresar a sus labores en el campo porque “si no trabajan no cobran y no tienen para alimentar a su familia”.

Rosales refirió que aún quedan dos mil personas en paro, quienes ya anunciaron que mantendrán las movilizaciones, en busca de que los patrones y el gobierno federal cumplan con las demandas de un mejor sueldo, jornadas de ocho horas de trabajo y prestaciones sociales.