Aunque en Afganistán los talibanes busquen implementar un régimen muy parecido a aquel de finales de la década de 1990, ahora se enfrentan a un panorama distinto regido por la interconectividad y las redes sociales, algo que está siendo aprovechado por los artistas jóvenes para llevar a acabo una “guerrilla artística”.
El arte está muriendo en Afganistán. Pero voy a luchar contra los talibanes, no con armas, sino con mi trabajo”, declaró a AFP una joven ilustradora digital de 19 años que prefirió mantener el anonimato. La resistencia dentro del país bajo el régimen totalitario es especialmente popular entre mujeres, que en los últimos años tuvieron la oportunidad de expresarse a través del arte y la cultura, actividades que podrían estar a punto de ser prohibidas. “Quiero salir por la noche y pintar arte antitalibán”, asegura otra joven que comienza a incursionar en el graffiti callejero.
Pero la guerrilla no transcurre únicamente en las calles de Kabul. Otros artistas que lograron encontrar refugio se han unido a la resistencia a través de internet, como Ramin Mazhar, desde Francia. “No le tienes miedo al amor, a la esperanza, al mañana. Te beso en medio de los talibanes, ¡no tienes miedo!”, son algunas de las líneas de un poema de su autoría que se ha hecho viral en redes sociales y refleja una resistencia que rechaza la violencia y usa las expresiones artísticas para hacer llegar su mensaje.
Cerca de Mazhar se encuentra Rada Akbar, quien ya planea una exhibición de pinturas en miniatura con el objetivo de demostrar que “los talibanes no son el Afganistán real. Ellos no representan la historia y la cultura del país”.
Los artistas no siempre trabajan solos; el colectivo ArtLords, que trabaja por la paz y los derechos de las mujeres, aún opera desde algún lugar en Europa y acepta otros representantes de la cultura que compartan su objetivo. En una plática bajo seudónimo con AFP, el fundador de esta organización se muestra optimista: “El mundo está a un clic de los afganos. Será muy difícil para los talibanes imponer o sancionar el arte, y no creo que el arte muera en Afganistán. Estoy seguro que un día el movimiento talibán morirá, pero el arte seguirá allí”, afirma.