Guerrero: Estado paralelo

21 de Noviembre de 2024

Guerrero: Estado paralelo

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EJECENTRAL

En Guerrero, lo legal y lo ilegal se conectan y entrecruzan fácilmente

Su posición geográfica, infraestructura y características naturales, colocan al estado de Guerrero como un punto de conexión estratégico entre el sur y el centro del país. Su costa, montañas, hidrografía, sus diferentes climas, riqueza minera y forestal, así como su conexión carretera, aérea y marítima, frente a su inestabilidad política y fragilidad social, ha hecho de la entidad una de las más atractivas para las operaciones criminales.

Su tierra es muy fértil, pero no es líder en la producción agrícola. De todo el territorio sólo se cultivan 870 mil 819 hectáreas la mayoría en las regiones de Tierra Caliente, Costa Grande y Costa Chica.

La explotación forestal, la producción de carne de bovino, porcino, aves de corral y huevo, así como la pesca de atún y camarón, son otras de las fuentes de ingreso de la población, pero ninguno de estos productos alcanza un lugar destacado a nivel nacional.

En lo único que sí es líder Guerrero es en la producción de oro, pues ocupa el quinto lugar. Pero tampoco la minería es un recurso utilizado a toda su capacidad. A pesar de que presenta manifestaciones de mineralización en todo su territorio, sólo se explota poco más del 20%.

El Servicio Geológico Mexicano en su último reporte señala que actualmente se explotan 1 millón 443 mil 103 hectáreas, a través de 868 títulos de concesiones; un crecimiento de 40% respecto a 2010. Las empresas, en su mayoría extranjeras, como Gold Corp México, extraen oro, plata, mercurio, cadmio, cobre, fierro y zinc, entre otros.

Así, en Guerrero, lo legal y lo ilegal se conectan y entrecruzan fácilmente. Las regiones de los principales cultivos y minerales son las mismas en las que la producción de amapola y marihuana se ha extendido y se han convertido en zonas de disputa por el control territorial. Se trata de las regiones de Tierra Caliente, Costa Grande, Costa Chica y Norte, que en total suman 48 municipios, a los que se accede, en muchos de los casos, con caminos de terracería y cuentan con limitados servicios y medios de comunicación.

Las organizaciones criminales no sólo amplificaron y mejoraron la producción de enervantes, sino que desde 2010 aprovechan los recursos minerales y cobran derecho de piso para su explotación, lo mismo ocurre con la aprovechamiento forestal, por la que cobran para permitir su comercialización.

Y por cruzar la entidad también hay cuota, al ser es el punto de enlace con estados que se utilizan como centros de trasiego, producción y almacenaje de drogas, como Oaxaca, Estado de México y Michoacán, por ejemplo, como lo muestran informes de inteligencia; también con aquellos en los que se llevan a cabo las operaciones de lavado de dinero y comercio al menudeo de narcóticos, como Acapulco, Ixtapa-Zihuatanejo, Ciudad de México, Puebla y Morelos.

Además por su conexión al Océano Pacífico, por Guerrero transitan sustancias químicas para procesar drogas o para enviar a otros países la producción de enervantes o minerales ilegales.

Su conexión con Estados Unidos, a través de la migración, ha permitido establecer un puente comercial de drogas, en el que se utilizan autobuses foráneos y camiones de carga; personas que pagan así su boleto de traslado al país del norte o a través de vuelos cortos que despegan de pistas clandestinas construidas a lo largo del territorio, de acuerdo a informes de inteligencia de México.

La erradicación que falló

En los últimos cinco años, Guerrero se convirtió en el primer productor de amapola a nivel nacional, y a nivel mundial se colocó por debajo de Afganistán. Alcanzó esta posición porque en la entidad, desde 2005, cambió la estrategia de erradicación y disminuyó su efectividad contra los cultivos ilícitos, desde aire y tierra, lo que le facilitó a los grupos extenderse de unos 30 a más del 60% de los municipios.

Se calcula que en la entidad se siembra el 60% de toda la goma de opio del país, siendo comunidades y serranías de Iguala, Coyuca de Catalán, Huitzuco, Chilapa, Eduardo Neri, Cuetzala del Progreso y Teloloapan, los punto clave para la operación.

La agencia antinarcóticos estadounidense, DEA por sus siglas en inglés, calcula que las ganancias de este negocio, sólo lo que se produce en esa región de Tierra Caliente y la Sierra, alcanza los 38 mil millones de dólares anuales.

Territorio en disputa

Complaint Los 81 municipios del estado se concentran en siete regiones, una de ellas es la Costa Chica que domina el Cártel de los Beltrán Leyva y es la única zona donde no hay conflicto, el resto padece todos los días ataques, muertes y desapariciones de pobladores, consecuencia del enfrentamiento por el dominio del territorio entre cárteles, algunos fortaleciéndose, otros efímeros o construidos como pantallas.

Es así que Guerreros Unidos, Los Rojos y La Familia se pelean en las regiones de Tierra Caliente y Norte, es decir, en 25 municipios. En esas dos zonas y el Centro (13 municipios), el grupo de Sierra Unida Revolucionaria –vinculado a la guerrilla– sufren un conflicto con Los Rojos y con Guerreros Unidos y su célula de Los Tequileros.

En los ocho municipios de la Costa Grande, el conflicto es entre la alianza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Granados contra Los Caballeros Templarios.

En Acapulco los enfrentamientos son entre el Cártel Independiente (CIDA), CJNG y los Mazatlecos, y en los 19 municipios de la región de La Montaña, el choque se concentra entre Los Rojos y Los Ardillos.

De los grupos creados para fines como sicarios, alianzas temporales o como distractores, que en mantas se adjudican ataques, aparecen, por ejemplo, El Comando Diablo, Cártel del Pacífico Sur, La Oficina, la mayoría vinculados a los Beltrán Leyva.

Municipios clave

El 10% de los municipios son puntos estratégicos para las operaciones criminales, ahí la disputa es más intensa. Fue en uno ellos, el de Iguala, donde desaparecieron y asesinaron a los normalistas.

Chilpancingo es el centro de la entidad por el que cruzan las carreteras que permiten la conexión interna, con el Océano Pacífico y con los estados vecinos. Es por donde cruzan los cargamentos de droga y armas. Los municipios de Iguala, Arcelia, Apaxtla, Chilapa y Coyuca de Catalán, son la entrada y salida de la sierra, en donde se ubican los sembradíos de amapola y marihuana, y los laboratorios donde se procesan. Controlar Acapulco es dominar la salida al Pacífico, ruta de tráfico ilegal asiático. Ofrece además el mayor mercado de drogas al menudeo y el tráfico y trata de personas.

Oro, plata y mercurio

En la entidad hay 12 regiones mineras, de las que se explota menos del 25% de su riqueza, a través de 27 minas. La mayor producción de oro, plata, cobre, fierro, plomo, zinc y mercurio se concentran en las regiones de Tierra Caliente y Centro Norte, en los municipios de Eduardo Neri, Coyuca de Catalán, Arcelia y Huitzuco.

Guerrero es el quinto productor de oro en el país, aunque en los tres últimos años ha disminuido su rendimiento en gran medida por la inseguridad que se traduce en secuestros y cobro de piso.

La descomposición del Estado

La maraña de poder y descomposición política y social que se tejió en Guerrero llevó por lo menos 10 años, poco antes de que perdieran el control los hermanos Beltrán Leyva. Los grupos criminales que los sucedieron aumentaron su capacidad y fuerza a través de un entramado en el que colocaron una a una sus piezas entre políticos, empresarios, organizaciones sociales, cuerpos de seguridad y la guerilla.

Así se incrustaron en por lo menos 18 alcaldías estratégicas por su ubicación, donde también controlaron los cuerpos de seguridad y de servicios, se aliaron a células del grupo guerrillero Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), infiltraron organizaciones sociales como la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), hicieron alianzas con empresarios y, en otros, instituyeron el cobro de piso a transportistas y empresas mineras. Se consolidó así un estado paralelo clandestino, que el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, cuando los normalistas fueron atacados y desaparecieron 43, mostró por primera vez su capacidad.

El entramado

A partir de verificar los nombres de casi 400 personajes que han sido detenidos, están prófugos o bajo investigación por parte de autoridades federales y estatales, además de informes de inteligencia, Eje Central logró reconstruir el complejo tejido que muestra las complicidades y estrategias de los grupos criminales.

Así, por ejemplo, en los últimos años la aparición de grupos responde a una aparente fragmentación de organizaciones como Guerreros Unidos o La Familia, pero en realidad se trataría de una maniobra de alianzas para mantener el control a partir de la confusión y de la aparente lucha entre criminales, pero que al revisar sus vínculos se trata de los mismos líderes y socios.

Mario Casarrubias, operador cercano a los Beltrán Leyva, fue de los principales estrategas. Se apoderó de los contactos que le permitieron dominar la ruta de trasiego de drogas a Estados Unidos.

El origen del poder

Los grupos criminales se beneficiaron de un cambio inexplicable en la estrategia de erradicación de plantíos. En 2003, bajo la administración del general Rafael Macedo de la Concha, cerraron las seis bases de inteligencia antinarco en el país.

En 2006 cerró lo que se consideraba el prototipo de instalaciones contra el cultivo y trasiego de enervantes, la base aérea El Caracol, en la sierra guerrerense.

Por decreto presidencial de Felipe Calderón, la Procuraduría General de la República entregó en 2008 al Ejército todos los recursos, incluyendo aeronaves, destinados a la erradicación para que encabezara esta tarea.

En 2007, cuando el consumo en EU y Europa era menor, la erradicación de amapola en la entidad se reportó en 13 mil 828 hectáreas. Al año siguiente, el ejército no eliminó ni el 50% de esos plantíos de amapola y la tendencia continuó igual hasta la fecha.

A partir de entonces se amplió el territorio de siembra de drogas y el poder del criminen se consolidó, especialmente el de Guerreros Unidos. El ataque a los normalistas y luego el descubrimiento de la conexión Chicago lo puso al descubierto.

Penetración de organizaciones

Las estructuras de las organizaciones sociales fueron un objetivo de Guerreros Unidos. Lo lograron a través de Carlos “El Pato” Canto Salgado, integrante de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).

Las investigaciones revelaron que Canto manejaba recursos financieros del grupo criminal y era prestanombres de uno de los miembros más importantes: Raúl “El Camperra” Núñez.

Vínculos

En los normalistas hay dos rostros, el de servir a la autoridad y al crimen. Dos de los estudiantes desaparecidos eran militares, uno de ellos en activo, Julio César López y Miguel Ángel Hernández, podrían haber sido asignados a tareas de espionaje. El segundo rostro es el de Los Rojos, una línea de investigación abierta. Son dos casos, el de Bernardo Flores “Cochiloco”, quien organizó el viaje, identificado como “rojo infiltrado”. Y Omar Vázquez, vocero de los normalistas, quien ha buscado ocultar la relación con su hermano Narciso, miembro del mismo grupo.

Seguridad comprometida

Con adiestramiento táctico y dotados con un equipo similar al de corporaciones federales, Guerreros Unidos construyó su propio “grupo de reacción” en la policía municipal de Iguala: Los Bélicos, su tarea principal era el sicariato y fueron ellos quienes atacaron a los normalistas y articularon su desaparición.

Como parte de la estrategia clonaron patrullas y se infiltraron el área de Protección Civil municipal y el C4, donde confluyen las corporaciones federales, estatales y municipales.

Alcaldes bajo investigación

Hasta ahora suman 19 los gobiernos municipales que se enredaron en la madeja que construyó el crimen organizado en Guerrero, pero las investigaciones continúan sobre una decena de alcaldes. Esos municipios se conectan entre sí y con las alcaldías, son puntos de tránsito o en sus alrededores se ubican los sembradíos y los laboratorios. Algunos de ellos: Taxco, Teloloapan, Arcelia, Iguala, Cocula y Coyuca de Catalán.

Dos caras de la subversión

La guerrilla juega un papel poco visible pero estratégico con dos rostros. Uno es la alianza con grupos criminales, como el caso de el ex líder de Los Rojos, Leonor Nava, con células del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI). Y otro rostro es el vínculo de los grupos subversivos con los normalistas, a través de organizaciones fachada, pero que al parecer participan en secuestros para financiarse.