Guerras ponen a prueba la relación México-EU

27 de Septiembre de 2024

Guerras ponen a prueba la relación México-EU

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En un contexto de conflictos bélicos 
en el mundo, la seguridad en la frontera 
con México se ha convertido en la tercera 
prioridad del gobierno del presidente Biden; 
el llamado a intensificar la cooperación 
bilateral para la defensa nacional se da 
en medio de tensiones en materia 
comercial y de combate a las drogas

El paquete de guerra solicitado la semana pasada por el presidente Joe Biden al Congreso coloca a México como un punto estratégico en el plan de Defensa Nacional de Estados Unidos, lo que, a juicio de los analistas, pondrá a prueba la relación entre ambos países.

La solicitud de un presupuesto de emergencia por 105 mil millones de dólares —13 mil 600 de los cuales se destinarán a la seguridad en la frontera con México— se presenta en momentos en que la cooperacióm bilateral se encuentra menguada debido a tensiones por la crisis migratoria, exigencias de combate a los cárteles de la droga, la epidemia del fentanilo, los litigios comerciales en el marco del T-MEC y el bloqueo al maíz transgénico estadounidense.

En el actual escenario de guerra, originado por el estallido de las hostilidades entre Israel y el grupo extremista palestino Hamás, y el recrudecimiento de los combates entre Rusia y Ucrania, el gobierno de Biden activó los mecanismos de defensa nacional.

En dicho esquema, México forma parte del Comando Norte (uno de los ocho en que Washington tiene dividido el planeta), que abarca los territorios de Canadá, Estados Unidos, México, Bahamas y Puerto Rico. “Desde la visión geoestratégica de Estados Unidos, el Comando Norte tiene esos límites por una sencilla razón: la defensa nacional implica tener un colchón de seguridad que abarca el territorio mexicano, hasta la frontera con Centroamérica”, señala Jonathan Maza, director de Estrategia e Inteligencia en Stratop Risk Consulting y experto en seguridad nacional.

En el plan de trabajo del Comando Norte, un componente esencial es la protección de las fronteras. “Si bien las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no pueden involucrarse en la aplicación de la ley en materia fronteriza, una de sus mayores responsabilidades es ayudar al Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security) y a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés); los apoya con logística, transporte, equipamiento y, sobre todo, con el monitoreo satelital, naval e inteligencia para que puedan aplicar la ley en materia fronteriza”, expone Maza, quien añade que dichas tareas se vuelven más apremiantes en tiempos de guerra.

Frontera fortificada

Tras la presentación del gasto en guerra del presidente Biden, la directora de la Oficina del Presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, informó que los 13 mil 600 millones de dólares proyectados para la seguridad fronteriza serán para financiar mil 300 agentes de la Patrulla Fronteriza adicionales, mil oficiales de asilo para atender a los indocumentados, más de 370 jueces de migración y mil elementos de seguridad pública extras.

Asimismo, se plantean 100 máquinas de escaneo con tecnología de punta para frenar el paso de fentanilo, así como capacidades de investigación para prevenir que los cárteles trasladen más de dicha droga a su país.

La migración ha marcado la relación del presidente Andrés Manuel López Obrador con Biden, pero en estos tiempos de emergencia el tema se torna crucial”, sostiene Roxana Juárez Parra, especialista en Fuerzas Armadas de México y seguridad nacional.

“Ya no se puede hablar de porosidad en la frontera sur de México, simplemente ya no tenemos frontera. El yihadismo siguen creciendo en África, en todo el norte han proliferado grupos extremistas. Yo no dudaría que se reorganice esta gente para hacer algún atentado”, alertó la analista de la consultora Southern Pulse.

›De acuerdo con el “Panorama en cifras de la migración internacional en México”, elaborado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, durante el primer semestre de 2023 se rompieron todos los récords sobre flujos migratorios de personas provenientes de África que transitan por México con la intención de llegar a Estados Unidos.

En ese lapso se reportaron 23 mil 852 personas provenientes de África, cifra que equivale al 82% de 29 mil 063 africanos registrados en la década de 2012 a 2022. No es extraño que, ante los flujos históricos de migrantes y dada la reativación del conflicto en Oriente Medio, congresistas republicanos hayan pedido a los Departamentos de Estado y al de Seguridad Nacional reforzar la frontera con México ante la posibilidad de que se infiltren extremistas islámicos.

En el actual contexto de estrés geopolítico, según Roxana Juárez, México deberá ser más cuidadoso en sus posicionamientos respecto a los conflictos entre Rusia y Ucrania, y entre Israel y el extremismo palestino en Gaza.

Sobre las dudas que existen en el ala republicana del Congreso de Estados Unidos sobre la colaboración de México, la experta sostiene que “tiene mucho que ver con que tenemos un presidente que ha duplicado o triplicado el presonal ruso de la embajada en México; ha hecho muchas cosas que para enemistarse con el país vecino, verdaderamente ha pateado la relación con los norteamericanos”.

“Esto de tener tanta libertad para los rusos en nuestro país es verdaderamente impresionante si consideramos los acontecimientos internacionales. Tenemos una gran cantidad de rusos, mientras que a la DEA (Agencia Antidrogas de Estados Unidos) se le recortó la cantidad de gente para que estuviera en México”, subraya Juárez.

Relaciones militares

Ante la insatisfacción del Partido Republicano respecto al trabajo de México en materia de combate a los cárteles de la droga y el decomiso de fentanilo (opioide que causa hasta 100 mil muertes anuales por sobredosis), algunas iniciativas de ley han propuesto sacar a México del Comando Norte del Departamento de Defensa de Estados Unidos y transferirlo al Comando Sur, que abarca Centro, Sudamérica y El Caribe.

De cara a la aprobación del presupuesto 2024, los proyectos de asignaciones para Seguridad Nacional y para Operaciones Extranjeras no sólo proponen recortar los apoyos económicos para el fortalecimiento de las instituciones de justicia en México, sino que además condicionan los recursos a que el gobierno mexicano ofrezca evidencias de avances en la lucha contra las organizaciones criminales y en el desmantelamiento de laboratorios de drogas sintéticas.

Sin embargo, para el analista Gerardo Rodríguez Sánchez Lara, experto en terrorismo y seguridad nacional, las relaciones entre las instituciones armadas de ambos países están en su mejor momento en muchos años, lo que no sólo hace muy difícil que México salga del Comando Norte, sino que fortalecen la colaboración en tiempos de guerra.

La propuesta de excluir a México del Comando Norte es una agenda política de los republicanos ultraconservadores que no tiene mucho futuro, porque el esquema operativo para la defensa de los Estados Unidos pasa por tener a México como aliado indiscutible, opina el especialista.

Desde la óptica de Rodríguez, los diferendos políticos en materia de seguridad, drogas y comercio, no han afectado las relaciones en el plano militar.

“La relación entre los ejércitos de ambos países está en uno de sus mejores niveles. La relación entre los ejércitos es en materia de cooperación para políticas de defensa; al ejército de Estados Unidos no le interesa participar en el combate directo a la delincuencia organizada. La ventana de cooperación y de diálogo entre los ejércitos para los temas de defensa están en uno de sus mejores niveles en décadas”, recalca el analista.

Al recordar que la facultad de modificar el diseño de los comandos militares es del poder Ejecutivo y no del Congreso, Rodríguez asegura que las voces republicanas en el Capitolio que llaman a emprender acciones militares contra México responden más a agendas político-electorales que a estrategias de seguridad nacional.

“Por ejemplo, catalogar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas implica un larguísimo proceso burocrático que pasa por los departamento de Estado y de Justicia, porque no es facultad del Senado ni de la Cámara de Representantes, es un proceso que depende del poder Ejecutivo, y Estados Unidos ya ha aprendido a no realizar acciones unilaterales si no tienen el visto bueno de los países; en este casom tanto México como Estados Unidos, a nivel de los ejecutivos, saben que catalogar como terroristas a los cárteles de la droga, no va a ayudar, sino que incluso podría empeorar la relación y la cooperación bilateral”, reflexiona.

Prioridades de Washington

De los 105 mil millones de dólares que Biden pidió a los legisladores, alrededor de 61 mil millones están orientados para apoyar con armas y logística Ucrania en su lucha contra la invasión rusa; 14 mil millones están pensados para brindar asistencia a Israel en su guerra contra Hamás; mientras que como siete mil 500 millones son para enfrentar a China en Asia y otros nueve mil millones para asistencia humanitaria en general.

Es decir, que si se toma en cuenta el monto de los apoyos solicitados por la Casa Blanca, la frontera con México es actualmente la tercera prioridad del gobierno de Estados Unidos a escala planetaria, lo que obliga al gobierno mexicano no sólo a reflexionar si se cuenta con una política de defensa nacional, sino si se está a la altura de las exigencias que implica pertencer al Comando Norte.

Deberíamos tener la capacidad de realizar ejercicios militares con Canadá y Estados Unidos para proteger océanos, el espacio aéreo, la zona del Caribe que es porosísima, con una cantidad de problemas de crimen trasnacional y con presencia de intereses ingleses en Belice, y de los franceses en las islas del Caribe”, opina Roxana Juárez.

“Deberíamos realizar operativos conjuntos con el Comando Norte, pero no tenemos ni siquiera la capacidad institucional; nosotros cancelamos el programa de las fragatas interoceánicas por iniciativa del actual Presidente”, ejemplifica.

Ahora que el mundo está envuelto en conflictos bélicos y que no hay región del mundo que esté completamente a salvo, la analista estima que México debería trabajar a nivel legislativo para tener política de defensa nacional.

“No tenemos las leyes, la seguridad nacional no está bien definida y la defensa nacional, menos; son temas que se han olvidado en México desde la alternancia del año 2000”, añadió.

Mientras los ataques en Oriente Medio y en la frontera entre Rusia y Ucrania aumentan de intensidad, el gobierno del presidente Biden enfrentan el desafío de que demócratas y republicanos se pongan de acuerdo para autorizar el presupuesto solicitado por la Casa Blanca.

La polarización política originada por el próximo proceso electoral hacen temer debates ríspidos, particularmente por la animadversión del Partodo Republicano hacia México.

Sí se ha incrementado una percepción entre legisladores de Estados Unidos sobre la poco efectiva estrategia de seguridad mexicana de ‘abrazos, no balazos’; creo que tienen muy claro que sólo hay presencia y disuacion pero no confrontación a la delincuencia, lo que no sólo ha sido ineficaz para México sino que defrauda las esperanzas que tiene Estados Unidos en la relación bilateral”, establece Jonathan Maza.

“Al percibir que no hay resultados, esto tendrá consecuencias presupuestales, y es parte de la herramientra de control paralementario para presionar al gobierno de Biden para que, a su vez, presione a López Obrador”.

Y añade: “Lamentablemente la hostilidad va a aumentar conforme avancen las campañas en Estados Unidos; vamos a seguir viendo, México va a ser la piñata en las elecciones y el gran tema para seguir pegando va a ser la seguridad y el combate a las drogas”.

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